Luis Javier Garrido
El superjueves
La imposición de Leonardo Valdés Zurita, incondicional del PAN y de Felipe Calderón, al frente del IFE confirma que la derecha en el poder no está dispuesta a que en las elecciones de 2012 esté en disputa la Presidencia de la República.
1. La designación que hizo el pleno de la Cámara de Diputados el jueves 7 de febrero de Leonardo Valdés, incondicional de Juan Molinar Horcasitas (director general del IMSS) y de Felipe Calderón, como consejero presidente del Instituto Federal Electoral, junto con el priísta Marco Antonio Baños, gente de confianza de Beltrones, y el académico filopanista de extrema derecha Benito Nacif como consejeros electorales, hunde en las más oscuras sombras el futuro del país.
2. La organización de las elecciones federales, luego de más de 10 meses de cabildeos y negociaciones de los jefes de bancadas de los tres principales partidos, se deja por consiguiente en manos de un equipo mucho más sumiso a Calderón y más descalificado del que encabezaba el deleznable Luis Carlos Ugalde, lo que constituye una afrenta para los mexicanos.
3. La entrega de la organización electoral del país al panismo calderonista es un hecho todavía más grave, porque el nuevo presidente del IFE fue propuesto nada menos que por José Guadalupe Acosta (secretario general del PRD y miembro del grupo de los Chuchos) y el diputado Javier González Garza (jefe de la bancada perredista), quienes le han brindado así un servicio invaluable a Calderón sin importarles traicionar los principios de su propio partido y sobre todo agraviar a los millones de mexicanos que desde 2006 se han pronunciado contra el fraude electoral que abrió una grave crisis política en México al instaurar un gobierno ilegítimo.
4. El proceso oscuro y grotesco de discutir una “nueva” composición del IFE, que entrañó en diciembre la violación a la Constitución por los diputados federales al incumplir su obligación de hacer la designación en un tiempo perentorio, que dejó fuera de la elección a los 15 aspirantes “evaluados” con las calificaciones más importantes, y que implicó el veto de priístas y panistas a la mejor propuesta, que era la de Genaro Góngora, ministro de la Suprema Corte, no tenía, como se ve ahora, más objeto que el de hacer que el PRD, bajo el control de los Chuchos, “legitimara” la elección de consejeros electorales que representan las cuotas de PRI y PAN. Y culminó por eso este jueves, de manera bochornosa, designándose para estos altos cargos a tres individuos sin ningún relieve, sin más méritos que los de su docilidad a la canalla que gobierna a México y que no tienen más mandato que el de mantener un sistema electoral tramposo y hacer inexistentes los derechos políticos de los mexicanos. Sigue leyendo >>>
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