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Ante el cerco informativo, cada uno de nosotros será un medio de información. Ante el engaño y la manipulación nos haremos cargo de abrirle paso a la verdad.






octubre 27, 2015

#Ayotzinapa13Meses

#Ayotzinapa13Meses #NosFaltan43YMilesMás 



Grecia: la traición de Tsipras a su pueblo



Y las fuerzas que están detrás de todo esto

Grecia: la traición de Tsipras a su pueblo




Se ha hablado mucho de Grecia estos tiempos, de deuda, austeridad, de referéndum y de las duras condiciones de ajuste financiero impuestas a este país. Se habla mucho del líder Alexis Tsipras, de SYRIZA y su nuevo gobierno. Pero dentro de esta trágica historia de apariencias económicas, hay un aspecto oculto, una agenda programada, unas fuerzas tenebrosas que emergen contra las sociedades civiles y que casi nadie ha hecho alusión. Son pocos los que nos advierten del peligro de la Hidra del siglo XXI. Uno de ellos es nuestro colega Dimitri Konstantakopoulos, que desde su Grecia natal comparte experiencias y cuenta cómo esta Hidra devora su patria y porqué es importante comprender lo que realmente ha pasado y está pasando en Grecia.

 

septiembre 24, 2015

Ronda Uno empieza la consumación de un crimen de lesa patria

Ronda uno: empieza la consumación de un crimen de lesa patria

Cuauhtémoc Cárdenas

Hoy, 15 de julio, el gobierno de la República asignará los primeros contratos de producción petrolera a empresas mayoritariamente extranjeras. Con esa acción se inicia la consumación de un crimen más de lesa patria y el país retrocederá a la subordinación que, en esta materia, predominó hasta antes de la expropiación petrolera de 1938. 

Es el inicio de un camino sin rumbo, de pérdida del control sobre nuestros recursos naturales, de sometimiento de las poblaciones que habitan las regiones petroleras, de pérdida de ingresos para atender necesidades sociales e incluso de debilitamiento institucional del propio Estado para conducir el desarrollo nacional.

La pérdida de control sobre esta área estratégica de la economía nacional se inició en el momento en que el titular del Ejecutivo y los partidos que lo apoyan reformaron los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, en diciembre de 2013. Fue una reforma que mutiló los derechos de propiedad y dominio de la nación sobre los hidrocarburos, que minó las bases de una industria petrolera nacional que durante 77 años se había desarrollado hasta colocarse a la altura de las más importantes del mundo.

La industria estatal integrada, que comienza en 1938, pionera en su tiempo, fue seguida posteriormente por la mayoría de los países petroleros del mundo. Durante más de medio siglo Pemex impulsó la industrialización y el más vigoroso crecimiento económico que el país haya conocido, sosteniendo una política de precios bajos de los energéticos. Se constituyó en fuente permanente de una inmensa renta que ha sostenido las finanzas públicas, la construcción de infraestructura, la investigación científico-técnica y el gasto en salud y educación.

La entrega precipitada que hace el gobierno del sector petrolero se presenta con una grave ausencia: la de entes reguladores con la experiencia y fuerza necesarias para controlar a las grandes empresas supranacionales que dominan este sector.

Tomando en consideración los cambios ya efectuados, se dará a los operadores privados un trato fiscal y financiero que los gobiernos entreguistas negaron sistemáticamente a Pemex. Hoy, Pemex aporta al menos 71 centavos de cada peso que obtiene de la venta de cada barril de petróleo. En cambio, los nuevos concesionarios aportarán menos de 20 centavos. Como si el objetivo final de la dizque reforma no fuera la obtención de los mayores ingresos para el país y su desarrollo industrial. La contrarreforma arrincona a Pemex a una parte de las reservas petroleras hoy conocidas, con una vida no mayor de nueve años, y deja las nuevas reservas a los operadores privados.

Los 14 bloques que se asignarán a cada empresa o consorcio, por periodos de más de 25 años, son parte de lo que se ha denominado la ronda uno, que tiene previsto licitar 169 bloques sobre un total de 28.5 mil kilómetros cuadrados en Plegado Perdido (11 bloques), en los estados del noreste (ocho), Chicontepec (89), aguas profundas sur (17), así como terrestres y aguas someras del golfo de Campeche (44). En un proyecto tan ambicioso y rápido que no tendría precedente cercano en el mundo.

Hasta ahora se han publicado tres convocatorias para 19 contratos de producción compartida y 26 contratos de licencia (claramente concesiones prohibidas por la Constitución), en una superficie de 5 mil 311 kilómetros cuadrados de aguas y tierras nacionales. Aun cuando la información publicada por la Comisión Nacional de Hidrocarburos no es homogénea, el total de reservas ofrecidas superaría 2 mil millones de barriles, de los cuales 15 por ciento serían de reservas probadas, 29 por ciento probables y el resto de posibles.

Ahora bien, ante el colapso de los precios internacionales del petróleo y en lugar de frenar las licitaciones, el gobierno decidió concentrar su oferta en la parte más jugosa de las reservas nacionales. Por ejemplo, en la segunda convocatoria, la proporción de reservas probadas ascendió a 12 por ciento, mientras que en la tercera asciende a 25 por ciento. La prensa internacional y nacional ha señalado que el gobierno negocia las cláusulas de los contratos con los inversionistas interesados, aumentando la magnitud de ganancias que estarán libres de impuestos y los plazos para el inicio de actividades, lo que permitiría a los inversionistas adquirir derechos legales sobre recursos con bajos riesgos y alta rentabilidad sin estar obligados a realizar inversiones, sino hasta que la incertidumbre de la coyuntura de bajos precios pudiera menguar y les resultara conveniente invertir.

Por otra parte, si los costos de extracción de un barril de petróleo mexicano promedian 15 dólares y antes se lograba vender en 100, el país podía tener una utilidad de 70-75 dólares; pero hoy, que el barril sólo se puede vender en 50 o 55, no hay justificación para que la nación acepte una utilidad de 15 o 20 dólares. Entonces, ¿por qué apresurarse? ¿Cuál es el beneficio para la nación? Resulta difícil creer que, en las condiciones actuales, la operación de Pemex resulte menos lucrativa para la nación que la de un particular.

Por otra parte, es indispensable advertir que la mayor parte de los contratos de licencia que hasta ahora se han ofrecido se ubican en territorios con fuerte presencia de pueblos originarios en Veracruz, Tabasco y Chiapas. Estas comunidades, de ahora en adelante, se encontrarán frente a una legislación que considera prioritarias las actividades que realicen las empresas privadas –de exploración, perforación, extracción y conducción de hidrocarburos, etcétera– sobre las actividades que tradicionalmente han venido realizando, y que ante una eventual negativa a vender o ceder en renta sus tierras procedería su expropiación e incluso expulsión.

Es de recordar que en el pasado los ocupantes superficiales de la tierra tuvieron condiciones quizá mejores. Por ejemplo, la ley petrolera de 1925 consideraba el derecho de los superficiarios a recibir una participación de: “… como mínimo 5 por ciento sobre la producción bruta a título de indemnización”. En cambio, la ley actual plantea (artículo 101, 6) que el asignatario o contratista podrá dar al superficiario un pago no mayor a 3 por ciento en el caso del gas natural, y en los demás casos no podrá ser mayor a 2 por ciento.

Además, la experiencia muestra que las empresas privadas no han dado mejores resultados en México. Fruto de la reforma de 2008, se asignaron contratos a particulares para producir en 11 bloques de yacimientos maduros. A la vuelta de cinco años, se tiene una producción conjunta muy reducida, que apenas suma 49 mil barriles diarios. Otro tanto ha pasado con los contratos de servicios múltiples licitados en la cuenca de Burgos, años atrás. Estos ejemplos muestran que el ingreso de operadores privados no es la panacea que se ha publicitado.

Las licitaciones que, prevén se lleven a cabo, están orientadas a transferir reservas que Pemex ya había descubierto, recursos en los que el país ha invertido cantidades considerables de dinero y que ahora, simplemente, pasarán a manos de particulares. Durante la discusión pública del proyecto de reforma el gobierno sostuvo que no se trataba de hacer a un lado a Pemex y que los particulares participarían ahí donde Pemex no tuviera experiencia por la complejidad de los yacimientos. Hoy queda claro que se están licitando las reservas probadas del país y desplazando a Petróleos Mexicanos de actividades que domina plenamente, donde su capacidad es la más alta, dado su conocimiento preciso del recurso y de las técnicas necesarias para su explotación, como son las aguas someras del Golfo de México.

En el pasado, como ahora, hemos buscado el diálogo y presentado propuestas, con el único propósito de contribuir a la construcción de acuerdos que mejoren la operación de la industria petrolera y de los energéticos para el país. Siempre mirando en preservar la propiedad y el dominio pleno de la Nación sobre sus recursos naturales, fuente de una riqueza que debe ser aprovechada en igualdad de circunstancias por todos los mexicanos.

Hoy, ante la inminencia de regresar a un modelo de explotación petrolera que será paulatinamente concentrado en empresas trasnacionales, que ya en el pasado probó su inconveniencia para el progreso del país, exhortamos al gobierno federal a detener las licitaciones de áreas petroleras que son patrimonio de todos los mexicanos, dada su inconveniencia económica; a preparar una amplia consulta popular vinculatoria sobre las reformas, principalmente, al artículo 27 constitucional en materia energética y a construir, con la sociedad y sus organizaciones, un amplio acuerdo que permita reconstruir la confianza y diseñar una estrategia energética que convenga y fortalezca al país.

Sería sumamente importante que los integrantes del Congreso de la Unión, en uso de sus facultades, antes de la firma de los contratos petroleros, demanden que se abran al conocimiento público todas y cada una de sus cláusulas. Que revise la legislación aplicable para que la representación popular determine legalmente la vigencia de los contratos petroleros e intervenga en la determinación de los ingresos públicos que surgen de las cláusulas económicas de esos contratos, impidiendo que la SHCP los determine discrecionalmente.

Convocamos a los ciudadanos y a sus organizaciones a emprender todas las iniciativas civiles a su alcance, con el propósito de mantener viva la lucha en contra de la entrega a intereses contrarios a los de México y los mexicanos de los recursos energéticos del país; para recuperar la soberanía de la nación sobre sus recursos naturales y para que el Estado garantice el suministro energético, en su diversidad, calidad y precios, que permitan satisfacer las necesidades esenciales de toda la población.

Alertamos a la sociedad sobre las prácticas de despojo y agresión que en otros países, y en el pasado también en México, se han registrado contra la gente asentada en áreas con potencialidad de contener hidrocarburos. Frente a esos precedentes es indispensable acompañar a aquellas comunidades vinculadas a proyectos de explotación petrolera con la finalidad de que puedan decidir democrática y libremente lo que mejor les convenga. En este sentido, rechazamos que el interés de una empresa privada, del origen que sea, pueda estar por encima de las actividades económicas, la propiedad y la residencia de la población que habita en las zonas petroleras.

En la coyuntura actual se abren oportunidades internas a la transformación industrial del petróleo mexicano. Las necesidades de petrolíferos y petroquímicos que tiene y tendrá el país en el futuro deberían llevar al gobierno a retomar con Pemex los proyectos para ampliar la reposición de reservas petroleras, la plataforma de producción primaria, la capacidad de refinación, la producción de fertilizantes que urgen al campo mexicano y de productos petroquímicos que hagan más competitiva nuestra planta industrial, abriendo espacios de coinversión con empresas mexicanas o extranjeras que verdaderamente quisieran comprometerse con el desarrollo soberano del país.


en el Golfo de MéxicoFoto José Carlo González
H
oy, 15 de julio, el gobierno de la República asignará los primeros contratos de producción petrolera a empresas mayoritariamente extranjeras. Con esa acción se inicia la consumación de un crimen más de lesa patria y el país retrocederá a la subordinación que, en esta materia, predominó hasta antes de la expropiación petrolera de 1938.
Es el inicio de un camino sin rumbo, de pérdida del control sobre nuestros recursos naturales, de sometimiento de las poblaciones que habitan las regiones petroleras, de pérdida de ingresos para atender necesidades sociales e incluso de debilitamiento institucional del propio Estado para conducir el desarrollo nacional.
La pérdida de control sobre esta área estratégica de la economía nacional se inició en el momento en que el titular del Ejecutivo y los partidos que lo apoyan reformaron los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, en diciembre de 2013. Fue una reforma que mutiló los derechos de propiedad y dominio de la nación sobre los hidrocarburos, que minó las bases de una industria petrolera nacional que durante 77 años se había desarrollado hasta colocarse a la altura de las más importantes del mundo.
La industria estatal integrada, que comienza en 1938, pionera en su tiempo, fue seguida posteriormente por la mayoría de los países petroleros del mundo. Durante más de medio siglo Pemex impulsó la industrialización y el más vigoroso crecimiento económico que el país haya conocido, sosteniendo una política de precios bajos de los energéticos. Se constituyó en fuente permanente de una inmensa renta que ha sostenido las finanzas públicas, la construcción de infraestructura, la investigación científico-técnica y el gasto en salud y educación.
La entrega precipitada que hace el gobierno del sector petrolero se presenta con una grave ausencia: la de entes reguladores con la experiencia y fuerza necesarias para controlar a las grandes empresas supranacionales que dominan este sector.
Tomando en consideración los cambios ya efectuados, se dará a los operadores privados un trato fiscal y financiero que los gobiernos entreguistas negaron sistemáticamente a Pemex. Hoy, Pemex aporta al menos 71 centavos de cada peso que obtiene de la venta de cada barril de petróleo. En cambio, los nuevos concesionarios aportarán menos de 20 centavos. Como si el objetivo final de la dizque reforma no fuera la obtención de los mayores ingresos para el país y su desarrollo industrial. La contrarreforma arrincona a Pemex a una parte de las reservas petroleras hoy conocidas, con una vida no mayor de nueve años, y deja las nuevas reservas a los operadores privados.
Los 14 bloques que se asignarán a cada empresa o consorcio, por periodos de más de 25 años, son parte de lo que se ha denominado la ronda uno, que tiene previsto licitar 169 bloques sobre un total de 28.5 mil kilómetros cuadrados en Plegado Perdido (11 bloques), en los estados del noreste (ocho), Chicontepec (89), aguas profundas sur (17), así como terrestres y aguas someras del golfo de Campeche (44). En un proyecto tan ambicioso y rápido que no tendría precedente cercano en el mundo.
Hasta ahora se han publicado tres convocatorias para 19 contratos de producción compartida y 26 contratos de licencia (claramente concesiones prohibidas por la Constitución), en una superficie de 5 mil 311 kilómetros cuadrados de aguas y tierras nacionales. Aun cuando la información publicada por la Comisión Nacional de Hidrocarburos no es homogénea, el total de reservas ofrecidas superaría 2 mil millones de barriles, de los cuales 15 por ciento serían de reservas probadas, 29 por ciento probables y el resto de posibles.
Ahora bien, ante el colapso de los precios internacionales del petróleo y en lugar de frenar las licitaciones, el gobierno decidió concentrar su oferta en la parte más jugosa de las reservas nacionales. Por ejemplo, en la segunda convocatoria, la proporción de reservas probadas ascendió a 12 por ciento, mientras que en la tercera asciende a 25 por ciento. La prensa internacional y nacional ha señalado que el gobierno negocia las cláusulas de los contratos con los inversionistas interesados, aumentando la magnitud de ganancias que estarán libres de impuestos y los plazos para el inicio de actividades, lo que permitiría a los inversionistas adquirir derechos legales sobre recursos con bajos riesgos y alta rentabilidad sin estar obligados a realizar inversiones, sino hasta que la incertidumbre de la coyuntura de bajos precios pudiera menguar y les resultara conveniente invertir.
Por otra parte, si los costos de extracción de un barril de petróleo mexicano promedian 15 dólares y antes se lograba vender en 100, el país podía tener una utilidad de 70-75 dólares; pero hoy, que el barril sólo se puede vender en 50 o 55, no hay justificación para que la nación acepte una utilidad de 15 o 20 dólares. Entonces, ¿por qué apresurarse? ¿Cuál es el beneficio para la nación? Resulta difícil creer que, en las condiciones actuales, la operación de Pemex resulte menos lucrativa para la nación que la de un particular.
Por otra parte, es indispensable advertir que la mayor parte de los contratos de licencia que hasta ahora se han ofrecido se ubican en territorios con fuerte presencia de pueblos originarios en Veracruz, Tabasco y Chiapas. Estas comunidades, de ahora en adelante, se encontrarán frente a una legislación que considera prioritarias las actividades que realicen las empresas privadas –de exploración, perforación, extracción y conducción de hidrocarburos, etcétera– sobre las actividades que tradicionalmente han venido realizando, y que ante una eventual negativa a vender o ceder en renta sus tierras procedería su expropiación e incluso expulsión.
Es de recordar que en el pasado los ocupantes superficiales de la tierra tuvieron condiciones quizá mejores. Por ejemplo, la ley petrolera de 1925 consideraba el derecho de los superficiarios a recibir una participación de: “… como mínimo 5 por ciento sobre la producción bruta a título de indemnización”. En cambio, la ley actual plantea (artículo 101, 6) que el asignatario o contratista podrá dar al superficiario un pago no mayor a 3 por ciento en el caso del gas natural, y en los demás casos no podrá ser mayor a 2 por ciento.
Además, la experiencia muestra que las empresas privadas no han dado mejores resultados en México. Fruto de la reforma de 2008, se asignaron contratos a particulares para producir en 11 bloques de yacimientos maduros. A la vuelta de cinco años, se tiene una producción conjunta muy reducida, que apenas suma 49 mil barriles diarios. Otro tanto ha pasado con los contratos de servicios múltiples licitados en la cuenca de Burgos, años atrás. Estos ejemplos muestran que el ingreso de operadores privados no es la panacea que se ha publicitado.
Las licitaciones que, prevén se lleven a cabo, están orientadas a transferir reservas que Pemex ya había descubierto, recursos en los que el país ha invertido cantidades considerables de dinero y que ahora, simplemente, pasarán a manos de particulares. Durante la discusión pública del proyecto de reforma el gobierno sostuvo que no se trataba de hacer a un lado a Pemex y que los particulares participarían ahí donde Pemex no tuviera experiencia por la complejidad de los yacimientos. Hoy queda claro que se están licitando las reservas probadas del país y desplazando a Petróleos Mexicanos de actividades que domina plenamente, donde su capacidad es la más alta, dado su conocimiento preciso del recurso y de las técnicas necesarias para su explotación, como son las aguas someras del Golfo de México.
En el pasado, como ahora, hemos buscado el diálogo y presentado propuestas, con el único propósito de contribuir a la construcción de acuerdos que mejoren la operación de la industria petrolera y de los energéticos para el país. Siempre mirando en preservar la propiedad y el dominio pleno de la Nación sobre sus recursos naturales, fuente de una riqueza que debe ser aprovechada en igualdad de circunstancias por todos los mexicanos.
Hoy, ante la inminencia de regresar a un modelo de explotación petrolera que será paulatinamente concentrado en empresas trasnacionales, que ya en el pasado probó su inconveniencia para el progreso del país, exhortamos al gobierno federal a detener las licitaciones de áreas petroleras que son patrimonio de todos los mexicanos, dada su inconveniencia económica; a preparar una amplia consulta popular vinculatoria sobre las reformas, principalmente, al artículo 27 constitucional en materia energética y a construir, con la sociedad y sus organizaciones, un amplio acuerdo que permita reconstruir la confianza y diseñar una estrategia energética que convenga y fortalezca al país.
Sería sumamente importante que los integrantes del Congreso de la Unión, en uso de sus facultades, antes de la firma de los contratos petroleros, demanden que se abran al conocimiento público todas y cada una de sus cláusulas. Que revise la legislación aplicable para que la representación popular determine legalmente la vigencia de los contratos petroleros e intervenga en la determinación de los ingresos públicos que surgen de las cláusulas económicas de esos contratos, impidiendo que la SHCP los determine discrecionalmente.
Convocamos a los ciudadanos y a sus organizaciones a emprender todas las iniciativas civiles a su alcance, con el propósito de mantener viva la lucha en contra de la entrega a intereses contrarios a los de México y los mexicanos de los recursos energéticos del país; para recuperar la soberanía de la nación sobre sus recursos naturales y para que el Estado garantice el suministro energético, en su diversidad, calidad y precios, que permitan satisfacer las necesidades esenciales de toda la población.
Alertamos a la sociedad sobre las prácticas de despojo y agresión que en otros países, y en el pasado también en México, se han registrado contra la gente asentada en áreas con potencialidad de contener hidrocarburos. Frente a esos precedentes es indispensable acompañar a aquellas comunidades vinculadas a proyectos de explotación petrolera con la finalidad de que puedan decidir democrática y libremente lo que mejor les convenga. En este sentido, rechazamos que el interés de una empresa privada, del origen que sea, pueda estar por encima de las actividades económicas, la propiedad y la residencia de la población que habita en las zonas petroleras.
En la coyuntura actual se abren oportunidades internas a la transformación industrial del petróleo mexicano. Las necesidades de petrolíferos y petroquímicos que tiene y tendrá el país en el futuro deberían llevar al gobierno a retomar con Pemex los proyectos para ampliar la reposición de reservas petroleras, la plataforma de producción primaria, la capacidad de refinación, la producción de fertilizantes que urgen al campo mexicano y de productos petroquímicos que hagan más competitiva nuestra planta industrial, abriendo espacios de coinversión con empresas mexicanas o extranjeras que verdaderamente quisieran comprometerse con el desarrollo soberano del país.
http://www.jornada.unam.mx/2015/07/15/opinion/013a1pol

agosto 02, 2015

Entrevista a Rubén Espinosa Becerril

 

Periodistas de a Pie es un espacio informativo semanal conducido por reconocidas periodistas, que analizan la realidad nacional desde la trinchera de un periodismo crítico y con compromiso social.
 
En este programa, los periodistas Daniela Pastrana, Luis Guillermo Hernández y Lydiette Carrión entrevistan en el estudio de Rompeviento TV a Rubén Espinosa, fororeportero; y Pilar Tavera, directora de Propuesta Cívica.
 
Programa transmitido el jueves 9 de julio de 2015 a las 9pm en www.rompeviento.tv


mayo 19, 2015

Votar o no votar

Un argumento para no asistir a las urnas este 7 de junio  

Andrés Lund Medina  
Rebelión 

Introducción 

Supongamos que este 7 de junio le hacen caso a las órdenes del INE y sacan su credencial, se forman en la fila frente a su casilla y votan. 

¿México va a cambiar? ¿El gobierno de Peña Nieto va a abandonar su forma de gobernar con terrorismo de Estado? ¿En verdad ya no habrá más Ayotzinapa, antes Tlatlaya, después Apatzingán, ahora San Quintín? ¿Después de estas elecciones ya no habrá matanzas y desapariciones forzadas? ¿Las contra-reformas neoliberales que eliminaron derechos laborales y pusieron a la venta todas las riquezas públicas de la nación se detendrán? ¿Se terminará con la miseria material, ecológica y espiritual de la inmensa mayoría de mexicanos? ¿México dejará de tener los primeros lugares en sobreexplotación, desempleo y exclusión? ¿Se detendrán los megaproyectos que devastan los sistemas ecológicos para saquear nuestras riquezas naturales? ¿Habrá más empleos? 

 -No, nada de eso va a ocurrir. Este 7 de junio tendremos elecciones federales y locales de 500 diputados federales y 640 diputados locales, de 9 gubernaturas, de 993 alcaldías y 16 delegados políticos en el DF. No podemos decir que habrá una renovación política del país ni de sus políticos y políticas porque la gran mayoría de los candidatos llevan años saltando de un puesto a otro y, a veces, de un partido a otro (por lo regular del PRI al PAN, al PRD, a MORENA o a cualquier otro). 


mayo 18, 2015

La realidad del voto nulo





Consultor internacional en programas sociales.
@rghermosillo

La participación ciudadana requiere estar bien informada. A veces se confunden las intenciones y los deseos con las posibilidades y las realidades. A veces circulan informaciones erróneas que se difunden mucho gracias a las redes sociales. Es el caso de un correo que propone lograr “anular el 20% de los votos para que se anule la elección”.

Las razones y posibles efectos del voto nulo son políticos. Quienes con seriedad proponen anular el voto como protesta ante el deterioro del sistema político, lo hacen basados en los potenciales efectos políticos de un alto índice de anulación. El tema se debate con seriedad. Por ejemplo son atendibles los argumentos de José Antonio Crespo, Sergio Aguayo, Alberto Serdán y otros analistas.

Sin embargo, quienes creen que si se anula el 20% de los votos en una casilla, la casilla se anula; se equivocan. En una “cadena” de correos electrónicos se dice que, 20% de votos nulos puede tener el resultado de lograr la anulación de la elección (en un distrito, en un estado, en el país). Esto es incorrecto. No existe esa causal de nulidad. Aunque el 99% de los votos de una casilla fueran nulos, la casilla y los votos que ahí se depositen —aunque sea uno— serían válidos.

La confusión a veces es bien intencionada. Puede surgir al leer algunos artículos de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral. En su título sexto se establecen las nulidades. En los artículos 76, 77 y 77 bis se establece que, cuando en el 20% de las casillas se dan los casos de nulidad del artículo 75, la elección respectiva se anula.

Sin embargo, en el artículo 75 de la ley, en ningún lugar señala como posible causal de nulidad el número de votos nulos emitidos. Tampoco considera el número de votos emitidos. Con lo cual tampoco la abstención, así fuera cercana al 100%, sería causal de anulación.

La violencia sí puede causar la anulación de una elección. En el mencionado artículo 75, se incluyen como causales de nulidad, “ejercer violencia física o presión sobre los miembros de la mesa directiva o sobre los electores”, o “impedir, sin causa justificada, el ejercicio del derecho al voto a los ciudadanos”, en todos los casos, se dice “siempre y cuando estos hechos sean determinantes para el resultado de la votación”. Hay que prevenir ese riesgo.

La participación ciudadana es indispensable para salir de la crisis de fondo que estamos viviendo. La violencia no puede ser la opción. La solución es más y mejor democracia. Necesitamos construir una democracia con rendición de cuentas, con aplicación de la ley, con respeto a los derechos humanos.

Quienes proponen seriamente anular la elección como protesta, buscan mejorar la democracia. Aun sin coincidir se puede reconocer que es una opción aceptable y lógica. Pero debe quedar claro que no tiene efecto jurídico.

Lo importante es subrayar que la participación ciudadana debe ir más allá del voto. Hay que encontrar nuevas formas de organización y de incidencia en la vida pública. Si no hay opciones electorales habrá que construirlas. Y, además, hay que buscar otras vías institucionales de exigibilidad de los derechos y de construcción de alternativas sociales, económicas y políticas para lograr una democracia con resultados para la gente. 


La realidad del voto nulo


 

AMLO ya no es del PRD



abril 19, 2015

Apatzingán: Fueron los federales



El 6 de enero de 2015 en Apatzingán, policías federales ejecutaron a civiles desarmados con un saldo de por lo menos 16 muertos y decenas de heridos. Alfredo Castillo, ex Comisionado para Michoacán, dijo que los acontecimientos fueron producto de “fuego amigo”. La investigación de Laura Castellanos derrumba la verdad oficial. Reconstruye la masacre cometida por los federales contra civiles que sólo portaban palos como defensa. Los sucesos descritos apuntan a un crimen de lesa humanidad. 

Por: Laura Castellanos 

@lcastellanosmx 


APATZINGÁN, MICHOACÁN.- “¡Mátenlos como perros!”, gritaron los policías federales al irrumpir disparando contra un centenar de integrantes y simpatizantes de la Fuerza Rural, que realizaban un plantón en los portales del Palacio Municipal de Apatzingán, a las 2:30 de la madrugada del 6 de enero de 2015. Ninguno de los manifestantes tenía armas largas. Seis de ellos portaban pistolas registradas y las pusieron en el piso. Los demás cargaban palos y ramas de limonero, de acuerdo con diversos testimonios e imágenes que aparecen en este reportaje. 



abril 18, 2015

Hay muertos que no hacen ruido

Las víctimas ignoradas de las guerras de Occidente 


por Nafeez Mosaddeq Ahmed 

En los países occidentales, la opinión pública vive convencida de que el colonialismo es cosa del pasado, cree que sus Estados ya no practican las matanzas en masa. La realidad es muy diferente. Varias asociaciones internacionales acaban de demostrar que sólo en Afganistán, Pakistán e Irak, las guerras impuestas por las naciones occidentales ya han dejado probablemente más de 4 millones de muertos. 

Vistas desde Asia, las guerras occidentales no han aportado 
ayuda ni democracia. Tampoco han vengado los atentados 
del 11 de septiembre de 2001. Sólo han sembrado 
muerte y desolación. 

Un importante estudio demuestra que la «guerra contra el terrorismo» encabezada por Estados Unidos ha matado a 2 millones de personas. Pero sólo se trata de un conteo parcial de las muertes de las que Occidente es responsable en Irak y Afganistán desde hace más de 2 décadas.

 El mes pasado, Physicians for Social Responsibility (PSR), prestigiosa ONG con sede en Washington DC, publicó un estudio clave [disponible para su descarga a través del vínculo que aparece al final de este trabajo]. Ese estudio demuestra que el balance sobre las pérdidas de vidas humanas de más de una década de «guerra contra el terrorismo», desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, se eleva como mínimo a 1,3 millones de muertos. Según esta ONG, ese conteo podría alcanzar incluso los 2 millones. 

 Publicado por un equipo de doctores que obtuvo el Premio Nobel de la Paz [En 1985, cuando ganar ese premio todavía significaba algo. Nota de la Red Voltaire.], este informe de 97 páginas es el primer conteo del número total de bajas civiles provocadas por las intervenciones «antiterroristas» desatadas bajo la égida de Estados Unidos contra Irak, Afganistán y Pakistán. 

 Este informe del PSR fue redactado por un equipo interdisciplinario de expertos de primera línea en materia de salud pública, entre los que se encuentra el Dr. Robert Gould, director a cargo de la sensibilización y la educación de los profesionales de la salud en Centro Médico de Universidad de California (San Francisco). Entre sus redactores también podemos citar al profesor Tim Takaro, quien enseña en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Simon Fraser (Canadá). 

Sin embargo, este estudio ha sido casi totalmente ignorado por los medios de difusión anglófonos [al igual que por la prensa francófona y por la prensa en español. Nota de la Red Voltaire.]. Se trata del primer intento –realizado por una organización mundialmente prestigiosa– de presentar un cálculo científicamente realizado del número de personas muertas a causa de la «guerra contra el terrorismo» desatada por Estados Unidos [, Francia] y Gran Bretaña.


marzo 17, 2015

Caso Aristegui: Fue Peña


 Foto: Octavio Gómez (Proceso)

ÁLVARO DELGADO 

MÉXICO, D.F. (apro).- Pocos se enteraron porque Carmen Aristegui no lo denunció, pero la investigación de su equipo sobre la Casa Blanca de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto no se difundió nunca en MVS por una razón de poder: Por censura directa de los dueños de la empresa, sometidos por la Presidencia de la República. Alejandro Vargas, presidente de MVS Radio, advirtió a Aristegui que si difundía el reportaje de su unidad de investigación, coordinada por Daniel Lizárraga, serían despedidos ella y todo su equipo. Por eso, el domingo 9 de noviembre sólo se publicó en la página de Internet de Aristegui Noticias y en la revista Proceso. 


La élite política se enquisto en el Estado

La élite política se enquistó en el Estado: Arturo Alvarado

Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).– La desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, fue un acontecimiento dramático e inaceptable para la mayoría de los mexicanos, pues más allá de la crudeza con que la Procuraduría General de la República (PGR) describió el secuestro y asesinato de los jóvenes, la desaparición masiva evidenció a nivel nacional e internacional la crisis en materia de derechos humanos por la que atraviesa México, aseguró Arturo Alvarado Mendoza, director del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México (Colmex). 

A esta crisis, expuso el especialista, se sumaron el bajo crecimiento económico, los escándalos de corrupción y los problemas de gobernabilidad en el país. 

En entrevista para Sin Embargo, Alvarado Mendoza reconoció que México atraviesa por situaciones complejas, principalmente en lo referente a seguridad y derechos humanos, problemas que son “recurrentes y crecientes”, por lo que deben atenderse antes de que sucedan “cosas peores”.