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febrero 11, 2019

El Zenzontle: ¿Quién manda aquí?


¿Quién manda aquí?



La política económica, la social y el ejercicio de gobierno de Andrés Manuel López Obrador muestran en el presupuesto anual (síntesis de sus decisiones principales) que se pone en primer lugar el compromiso del pago del costo de la deuda pública ante la banca mundial y local, así como las condiciones que alienten y propicien la acción de las empresas para que inviertan en los proyectos de tren maya, nuevo aeropuerto, tren ístmico o la continuación de las mineras ganen a costa del despojo de los territorios. Buscando que algo de los ingresos quede para los salarios y servicios para la inmensa mayoría. 

Si para contar con más recursos para lo social, se les quiere aumentar los impuestos a los capitalistas (a lo que se niega el nuevo gobierno) o bien quitarles formas de eludir el pago fiscal como la falsa facturación, o incluso elevar precios y tarifas de servicios o productos de las empresas del Estado, el gran capital reacciona y frena la medida o busca compensarla. 

Véase cómo los gobernantes y su partido disciplinaron al senador que planteó la reducción de algunas comisiones bancarias que pagan los cuentahabientes. O el rápido deslinde cuando alguno planteó que no se utilicen las afore para saquear los fondos de retiro de los y las trabajadoras para financiar la megaproyectos. 

Si se responde en lo geopolítico quién manda, Estados Unidos aparece jugando a su favor en la revisión del nuevo TLCAN. O imponiendo los sellos fronterizos, las jaulas para los niños y familias migrantes rechazados o la misma construcción del muro en nuestra frontera norte. Ante esto el nuevo gobierno busca la armonía, con proyectos de desarrollo que sirvan como “cortinas” para la migración centro y sudamericana hacia el norte. En los hechos se cumpla el papel de tercer país encargado de vigilar y deportar a los migrantes que buscan refugio en EEUU y no se los dan. Nada se hace contra los disparos y represión sobre los migrantes mexicanos en la zona fronteriza. En lo político, aunque en constituciones como la mexicana, la soberanía reside en el pueblo (artículo 39 de la Constitución) requiere demostrarse en los hechos no sólo con consultas que ni son previas, ni se hacen con información y atención para quienes son afectados por los planes del Estado. 

Solo un pueblo informado, consciente, organizado y que decide por él mismo, hará posible que los gobernantes le obedezcan. Los gobiernos del PRI y del PAN respondían con represión, simulación y algunas migajas, Ahora se dice que no habrá represión, ni censura, pero sigue la simulación y la coptación pretendiendo que se crea que el pueblo participa, cuando sólo se oye la voz de los gobernantes que “ponen fin a la corrupción” barriendo para adelante,sin tocarle un pelo a los grandes capitalistas y funcionarios de pasados gobiernos, varios reciclados en el presente. 

Los representantes en los poderes legislativo y ejecutivo no demuestran obedecer el mandato siquiera de la población que votó por ellos, aunque puede haber excepciones. Por el contrario, solo reconocemos que el pueblo manda o que se autogobierna en comunidades de pueblos originarios en resistencia y rebeldía, como las comunidades de bases zapatistas en Chiapas y algunas de las comunidades consolidadas del Congreso Nacional Indígena y su Concejo Indígena de Gobierno. 

En fin: ¿quién manda en cuestiones como la seguridad y la atención de la pobreza? En la seguridad, nada mejor que “para que la cuña apriete sea del mismo palo”: la guardia nacional consistente en militares que controlan calles y caminos, según “para que nos cuiden a todos”. Y en cuanto a la pobreza, “¿primero los pobres?

Publicado en El Zenzontle No. 180 Enero 2019