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marzo 23, 2008

DESFILADERO, PEMEX : LAS MUJERES POR DELANTE

Desfiladero

Jaime Avilés en La Jornada

  • Pemex: las mujeres por delante en las protestas
  • Hacia nuestra segunda expropiación petrolera
  • Mañana, asamblea en el Hemiciclo

Miles de personas llegaron, el pasado martes 18 de marzo, a las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el puerto tabasqueño de Dos Bocas, para repudiar la presencia de Felipe Calderón, pero una impresionante valla de cascos, toletes y escudos de la Policía Federal Preventiva, apoyada por vehículos del Ejército Mexicano, les cerró los caminos. Aunque era una muchedumbre serena, resuelta y alegre –que se manifestó de manera pacífica, de acuerdo con las más elementales normas de convivencia democrática–, en términos informativos no existió prácticamente para nadie.

Eran grupos de hombres y mujeres con banderas y pancartas que apoyan la causa de Andrés Manuel López Obrador, pero se volvieron invisibles para el resto del país. Sin embargo, como ya no hay censura que valga, ustedes pueden enterarse de lo que hicieron esa mañana escribiendo en el buscador de YouTube la frase: “no tenemos miedo tabasco”, nombre del testimonio fílmico realizado por Luis Guillermo Pérez Suárez, sobre una pista musical de Liliana Felipe, llamada, a su vez, Nos tienen miedo porque no tenemos miedo, que va a convertirse, quizás, en el himno de la resistencia civil pacífica durante las jornadas de lucha que se avecinan.

Pero así como la movilización de los tabasqueños en la Chontalpa fue borrada de la realidad por quienes deciden qué podemos saber y qué no, el compromiso que decenas de miles de mujeres contrajeron ese mismo 18 de marzo en el Zócalo capitalino, en presencia de López Obrador, corrió idéntica suerte: fue ocultado. Abuelas, estudiantes, amas de casa, profesionistas, jovencitas, adultas mayores, solteras, casadas, lesbianas, obreras, habitantes de los barrios más pobres, chilangas o venidas del interior del país; decenas de miles de mujeres –hay que repetirlo tal cual–, decenas de miles, se comprometieron a colocarse al frente de las multitudes que saldrán a las calles para oponerse a la privatización de Pemex.

Al adoptar esta modalidad, el movimiento de López Obrador refrenda una vieja tradición de lucha, que en su momento llevaron a la práctica las comunidades indígenas de Chiapas, cuando tras la matanza de Acteal, en diciembre de 1997, sufrieron el feroz embate represivo que desató contra ellas el entonces flamante secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, hoy entusiasta promotor de la devolución de nuestros hidrocarburos a las compañías petroleras de siempre. Leer más

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