Los Zetas y la limpieza social
Carlos Fazio
Desde su llegada a Los Pinos, gracias a un megafraude de Estado continuado, que abarcó desde los videoescándalos (2004) hasta la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que concluyó que la elección presidencial no fue limpia, pero valía (2006), Felipe Calderón dejó clara su voluntad de gobernar bajo un estado de guerra. Sacó al Ejército a las calles y alentó el paramilitarismo. Desde entonces, México se convirtió en una gran carnicería.
Pero, más allá de su afán de legitimarse con el apoyo de los militares, las razones de Calderón para sumergir al país en un baño de sangre responden a la propia lógica del actual sistema económico de dominación. Sigue leyendo en La Jornada
1 comentario:
Todos muy listos, abran los ojos,
por que nadie hace una investigacion
en contra del gobierno y sus principales
asesores de cabecera (son la fuga de info),
porque nadie interviene todas las llamadas
telefonicas de los susodichos?
Por que no declaran extinsion de dominio
sobre los bienes de los legionarios de cristo?
A ver si a alguno se le prende el foco, busca
zeitgeistmovie
Publicar un comentario