A los ciudadanos de la república de la televisión
Dado el momento actual, en el que no nos someteremos a una legislación engañosa en materia petrolera, momento en el que se nos tacha de necios y de no saber aquilatar nuestras “victorias”, habría que preguntarse si enfrentarse al aparato represor resulta una actividad grata.
No, señores ciudadanos de la República de la Televisión, no. Es a todas luces una actividad tan poco grata para nosotros como lo es para ustedes tener que esquivar la patrulla apostada en una esquina, pues la saben dispuesta a esquilmarle ilegalmente dinero al primero que pase, so pena de enviar su carro al corralón por equis falta inventada.
Es tan poco grato ver a un pefepo de frente, dispuesto a cumplir órdenes –es más, deseoso de que le suelten la cadena para lanzarse en contra nuestra-, como lo es para ustedes pasar por retenes militares o cateos policiales, que les esculquen sus pertenencias, les pongan vayas y los pasen por detectores de metales cada que van a entrar o salir de cualquier lado.
Es simplemente y sin ánimo de ofender –pero sí de señalar y condenar- que la diferencia entre ustedes y nosotros es que las fuerzas coercitivas del Estado conculcan sus libertades en el ámbito de lo cotidiano. Al igual que nosotros, sienten miedo, pero rápidamente sustituyen la molestia con la viscosa indiferencia de lo insignificante, de lo efímero…y apretando el paso, sin voltear para no provocarlos, siguen su camino.
A nosotros enfrentarnos al aparato represor también nos molesta y nos da miedo, pero estamos frente a ellos porque un día decidimos buscar las causas de nuestra lamentable realidad social, económica y cultural, y en el camino encontramos que es la misma realidad que padecen otros; es la realidad de todos, la realidad nacional. Leer más en ambarynegro.blogspot.com
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