El frentazo
Luis Javier Garrido
El grupo ultraderechista que pretende estar gobernando México y que ha creído que le va a ser posible imponer a uno de los suyos en la silla presidencial en 2012 ha cometido en sus cálculos un error: se le han olvidado los mexicanos.
1. La pretensión de Felipe Calderón y de su grupo, fortalecida tras los comicios de este año, de creer que pueden ellos de manera unilateral imponerle otro presidente de ultraderecha al país si consiguen tan sólo frenar a Enrique Peña Nieto, el probable abanderado del PRI, y que hicieron evidente desde hace algunos meses, lo que generó una división al interior de la mafia en el poder y suscitó un resquebrajamiento de la alianza PAN-PRI, se ha dado un frentazo con el acto del lopezobradorismo del domingo pasado, que le recuerda que no puede ya seguir yendo contra el pueblo ni contra los intereses de la nación.
2. La asamblea del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, de la Soberanía Nacional y de la Economía Popular, que llenó con cientos de miles de mexicanos la Plaza de la Constitución el domingo 25 de julio, y que fue la expresión de la formidable fuerza social de oposición al gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, que se ha consolidado en el país tras el fraude electoral de 2006, es un acontecimiento de la mayor importancia en la vida política de México, y no es de sorprender que haya generado una reacción en los medios orquestada desde Los Pinos que anuncia lo que el gobierno pretende sea la campaña de 2012, al menos por dos razones.
3. La primera es que en medio de la gravísima crisis económica, social y política a la que ha llevado al país, el gobierno espurio se ufanaba ante la derecha de no tener una oposición electoral real por la cooptación que ha hecho del grupo de Jesús Ortega, que se ha apoderado del PRD, lo que parecía reducir la sucesión presidencial a un acuerdo cupular del PAN y El Yunque con el PRI y arbitrado por Salinas en vistas a mantener a la misma mafia en el poder, pero el hecho de que una verdadera fuerza social de oposición, a la que panistas y priístas habían venido desdeñando, se manifiesta con vigor decidida a participar en las elecciones constitucionales de 2012 impulsando la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, le quiebra su sueño celestial. Y la segunda, tan importante como la anterior, es que ese movimiento está presentando a los mexicanos una propuesta nacional, que es algo que no puede tener el actual grupo gobernante.
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