Los vuelos
Luis Javier Garrido
El gobierno de Felipe Calderón ha dejado en los últimos cuatro años de tomar decisiones fundamentales en materia de seguridad nacional y de política económica y social, cediéndoselas en actos de abierta traición a México al gobierno estadunidense, a cambio de que mantenga al PAN en Los Pinos, con lo que ha enajenado seriamente la independencia y la soberanía de México y el bienestar de los mexicanos, y esto no hubiese sido posible sin múltiples complicidades.
1. Los papeles del Departamento de Estado entregados por Wikileaks a La Jornada y publicados por este diario desde el 10 de febrero, han confirmado lo que aquí se había analizado y sostenido desde 2006. La “guerra contra el narco”, llamada “de Calderón”, que le fue impuesta a éste por Washington tras el fraude electoral de 2006 a cambio de avalar su imposición ilegal en Los Pinos, condujo muy rápidamente a que varias dependencias estadunidenses (las llamadas “agencias”) asumieran progresivamente funciones de gobierno y de mando en México, sin importar el marco constitucional y legal del país, y en el caso de la seguridad nacional dictaran políticas y decidieran operativos subordinando a su dictado a las fuerzas armadas, contando para ello con la sumisión de Calderón y de sus colaboradores, que no se han opuesto a ninguna de sus acciones, por lo que éstos son corresponsables de que se haya llevado a México a la violencia en un afán de instaurar aquí un “Estado fallido”.
2. El diario The New York Times, al confirmar sin ambages lo que está aconteciendo, el 16 de marzo señalaba lo que Calderón y sus colaboradores niegan todos los días: que el Pentágono y los departamentos de Justicia y de Seguridad Interior tienen agentes armados en México, realizan operaciones de vigilancia aérea y terrestre en territorio mexicano, deciden las políticas y las acciones de la supuesta “guerra contra el narcotráfico”, y que al hacerlo desde los centros “de inteligencia” que tienen en territorio mexicano ocultan información al mismo gobierno calderonista, no se diga al pueblo de México, que no sabe nada de lo que en abierta traición al país está haciendo la “clase política”, por una razón –afirma el Times, otra vez sin ambages–: porque se está violando la legalidad de México.
3. Los hechos mostraron en estos años que el gobierno de Barack H. Obama resultó más agresivo que el de George W. Bush porque desde la primera ocasión en que en 2006, aún siendo mandatario electo, recibió a Calderón, hasta la última ocasión, en la que lo convocó a la Casa Blanca, el mes pasado, el michoacano espurio fue entregando espacios de poder a Washington y aceptando que decidieran no sólo la política económica y financiera, y en consecuencia la política social, a través del FMI y la Reserva Federal, sino las políticas de seguridad y la “guerra contra el narco” impuesta por ellos, a través de sus agencias, a cambio de que lo mantuvieran como lo que es: una marioneta.
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