Fue la excusa favorita de los priistas durante DÉCADAS para hacer cualquier cochinada: la revolución.
"La revolución sigue su marcha" dijeron presidente tras presidente, jilguero tras jilguero, político tras político del PRI sexenio tras sexenio. "La gran familia revolucionaria" se hacían llamar. Y todo aquel que se atreviera a cuestionar las corruptelas, latrocinios, atropellos, despojos, torturas, secuestros, y asesinatos perpetrados por el PRI se convertía entonces en un enemigo que atentaba contra el progreso y contra el avance de la revolución que, según el PRI, seguía su marcha.
Llega Carlos Salinas de Gortari al poder y el PRI sigue usando exactamente el mismo discurso, sólo que ahora con un eufemismo: "la modernidad."
Salinas se montó en el discurso de que traería la "modernidad" pero lo único que hizo fue PRIVATIZAR las paraestatales y la banca, lo cual desencadenó en una de las peores crisis económicas de la historia y dio pie al FOBAPROA.
Tanto la idea de la "revolución" como la idea de la "modernidad" pretendían que la gente creyera que el gobierno priista tenía como objetivo traer "progreso" al país. Y quien se oponía a las cochinadas, chingaderas y crímenes del PRI era tachado como "enemigo del progreso."
Durante los sexenios de Zedillo y de Fox se abandonó el pretexto del "progreso" por la simple y sencilla razón de que ya nadie se lo tragaba. El lema de Zedillo era "sí sabe como hacerlo." No presumía que traería el progreso, sino que simplemente sí podía con el paquete de por lo menos evitar que el caos se desbordara en el país luego del levantamiento zapatista, el asesinato de Colosio, y el de Ruiz Massieu. Prometer progreso cuando el país se estaba desbaratando tras seis años de "modernidad" salinista era una ofensa a la inteligencia.
Fox TAMPOCO ofreció progreso. Ofreció el "cambio", pero casi tan pronto como llegó al poder, Fox declaró que "cambio no quiere decir hacer las cosas distinto sino mejor". Es decir, para Fox el "cambio" consistía en que un panista continuara con otro sexenio de zedillismo--inclusive con los mismos funcionarios, como fue el caso de Guillermo Ortiz en el Banco de México.
Llega 2006 y Andrés Manuel López Obrador ofrece un proyecto alternativo de nación. Esto no implicaba "progreso" como lo ofrecían los priistas, sino el fin de los malos manejos del país para lograr la justicia social. Quien sí se cuelga más o menos de la idea del progreso priista fue fecal con su lema "para que vivamos mejor" y con masturbaciones mentales como "el México ganador" o "el futuro", lo cual no se traga nadie gracias al desastre que fue el sexenio de Fox. Esto quedó plenamente demostrado con la derrota electoral de fecal el 2 de Julio de 2006, la cual llevó al PAN a cometer uno de los fraudes electorales más burdos de la historia. Sigue leyendo en El Sendero del Peje
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