Calderón, su equipo y los grupos de interés que lo apoyan tienen un objetivo claro, casi el único importante del régimen: la destrucción política de AMLO. En lugar de responder a los retos de una economía trastabillante o una gobernabilidad puesta en duda cada día, emplean para ello todos los recursos del Estado, salvo la represión física. Han concluido complicidades costosas con el PRI, dividido a la izquierda, garantizando la impunidad de los peores. La campaña de los medios es abrumadora. Se teje día a día bajo un programa maestro diseñado por Televisa y aprobado en Los Pinos. Se borra la presencia de AMLO. Se dice que su movimiento se “desfondó”. Se le calumnia y agrede en forma impune violando todos los días el derecho a la información.
Un ejemplo: el pasado 23 de noviembre reunió a 100 mil en el corazón de la capital. La mayoría de los periódicos ni siquiera le dieron una nota. Los reportes en la televisión lo presentaron como incidente banal. Es como si los medios estadunidenses no reportaran los megamítines de Obama.
Pero AMLO ha resistido; sigue trabajando, completando mil 900 mítines en los municipios, sembrando grupos en toda la República. Está fresco como una lechuga. Su resistencia ha triunfado gracias a su capacidad organizativa y a un factor del que carecen los demás políticos: la adhesión inquebrantable de sus seguidores, que son millones. Resistieron la campaña sucia, el fraude, la ofensiva de propaganda actual, la destrucción interna del PRD. Lo siguen por su congruencia, porque no claudica y porque es el único que ofrece la esperanza de cambio.
Sus adversarios, que no son demócratas y por tanto no pueden autocontenerse, saben que es el único opositor verdadero que ofrece un programa alternativo coherente, y también que es el único alternante peligroso para la alianza entre el PRI y el PAN en 2012.
La policía política y el propio Calderón, que siguen los pasos de AMLO con obsesión, lo saben bien: el movimiento del tabasqueño está creciendo y va a crecer más cuando sea obvio para la mayoría que la alternativa neoconservadora lleva a la ruina a México. La conspiración del silencio ha favorecido el movimiento, porque al darle escasa visibilidad permitirá que al surgir produzca un efecto de sorpresa que quizás aniquile el cerco que se le ha tendido. Cabe preguntarnos: ¿en qué va a utilizar la fuerza política que ha organizado? ¿Cuáles son sus obstáculos y sus desafíos?
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