El cable
Luis Javier Garrido
Las recientes filtraciones de Wikileaks sobre México contenidas en un cable diplomático que da cuenta del desastre al que ha llevado al país la supuesta “guerra contra el narco” del panista Felipe Calderón no han sido aquilatadas en toda su gravedad.
1. Los recientes documentos diplomáticos sobre México filtrados por Wikileaks dan cuenta de algo muy serio que el gobierno de facto calderonista ha tratado en vano de soslayar, y es la actitud de las fuerzas armadas ante las tareas inconstitucionales que se les está obligando a desempeñar en la supuesta “guerra contra el narco”.
2. El general Guillermo Galván García (titular de la Sedena), conforme a cables diplomáticos de la embajada estadunidense de fecha 26 de octubre de 2009 (La Jornada, 27 de diciembre), en una reunión con Dennis Blair, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, le pidió aumentar “la cooperación de la inteligencia estadunidense” en la guerra, demandándole a la DEA estrechar su trabajo con ellos ante la desconfianza que tienen tanto de las autoridades mexicanas como de los cuerpos policiales federales, locales y municipales, por lo que le comentó avalaba el despliegue permanente que se hizo entonces de dos oficiales del Centro de Inteligencia de El Paso que ayudarían a “difundir rápida información” a la comandancia militar en Ciudad Juárez. Galván, ya sin ningún reparo, le comunicó además al funcionario estadunidense que el Ejército estaría dispuesto a aceptar cualquier adiestramiento de Washington pues, según le aseveró, sus tareas proseguirían por 10 años más, por lo que están exigiendo del Congreso se modifique el marco constitucional para hacer “legal” su función policiaca, ya que se sienten incómodos con la situación actual.
3. La primera cuestión que se plantea es la de ¿quién está gobernando a México?
diciembre 31, 2010
diciembre 24, 2010
La reaparición
La reaparición
Luis Javier Garrido
La reaparición del panista Diego Fernández de Cevallos en un operativo mediático, enmarcado en un discurso plagado de mentiras y de renovada violencia de la derecha mexicana, se está revirtiendo contra el gobierno panista, que se hunde en un desprestigio cada vez mayor que le hace muy difícil el poder gobernar en los próximos meses.
1. La reaparición escénica de Diego Fernández de Cevallos en vísperas de la Navidad de este 2010, siete meses después de haber sido presuntamente secuestrado el 14 de mayo en su rancho de La Cabaña, en el municipio de Pedro Escobedo, en Querétaro, se ha saldado por una serie de hechos tan turbios como los que marcaron su publicitado rapto, que ponen en tela de duda todo lo acontecido y que crean nuevas responsabilidades al gobierno de facto de Felipe Calderón.
2. La información dada a conocer ayer por La Jornada sobre el caso, revelando que la "liberación" de Diego, lejos de haber sucedido la noche del 20 al 21 de diciembre –como anunció Joaquín López Dóriga en Televisa la mañana del lunes 20, y se pretendió poco después en un show mediático–, había ocurrido nueve días antes de ese mediodía en que ante la presencia de los medios el barbón se presentara arrogante y perfectamente atildado en su domicilio al volante de un Mercedes Benz con su nuevo look matusalénico, no hace más que arrojar nuevas dudas sobre el caso y desprestigiar aún más a los panistas en el poder, confirmando la descomposición del poder.
3. El hecho de que la mafia en el poder pretendiera engañar a los mexicanos dando al desenlace de lo que anunciaron como un grave delito el tratamiento de un happening, mueve y con razón a todas las sospechas. Las hipótesis que se han manejado desde el lunes 20 están siendo en consecuencia un reflejo del repudio popular a los panistas, y así se está hablando desde que fue una patraña o simulación hasta que constituyó la exitosa extorsión de un grupo criminal, de que fue el acto de un comando popular hasta que aparece como un crimen político, olvidándose en esta última presunción que todo atentado contra un político es siempre por definición un crimen político, como lo reconoce el propio Diego al margen de las pretensiones que tenga con su reaparición: hay "un marcado matiz político en mi plagio", insistió al presentarse trigarante tras su cautiverio (El Universal del 21 de diciembre).
Luis Javier Garrido
La reaparición del panista Diego Fernández de Cevallos en un operativo mediático, enmarcado en un discurso plagado de mentiras y de renovada violencia de la derecha mexicana, se está revirtiendo contra el gobierno panista, que se hunde en un desprestigio cada vez mayor que le hace muy difícil el poder gobernar en los próximos meses.
1. La reaparición escénica de Diego Fernández de Cevallos en vísperas de la Navidad de este 2010, siete meses después de haber sido presuntamente secuestrado el 14 de mayo en su rancho de La Cabaña, en el municipio de Pedro Escobedo, en Querétaro, se ha saldado por una serie de hechos tan turbios como los que marcaron su publicitado rapto, que ponen en tela de duda todo lo acontecido y que crean nuevas responsabilidades al gobierno de facto de Felipe Calderón.
2. La información dada a conocer ayer por La Jornada sobre el caso, revelando que la "liberación" de Diego, lejos de haber sucedido la noche del 20 al 21 de diciembre –como anunció Joaquín López Dóriga en Televisa la mañana del lunes 20, y se pretendió poco después en un show mediático–, había ocurrido nueve días antes de ese mediodía en que ante la presencia de los medios el barbón se presentara arrogante y perfectamente atildado en su domicilio al volante de un Mercedes Benz con su nuevo look matusalénico, no hace más que arrojar nuevas dudas sobre el caso y desprestigiar aún más a los panistas en el poder, confirmando la descomposición del poder.
3. El hecho de que la mafia en el poder pretendiera engañar a los mexicanos dando al desenlace de lo que anunciaron como un grave delito el tratamiento de un happening, mueve y con razón a todas las sospechas. Las hipótesis que se han manejado desde el lunes 20 están siendo en consecuencia un reflejo del repudio popular a los panistas, y así se está hablando desde que fue una patraña o simulación hasta que constituyó la exitosa extorsión de un grupo criminal, de que fue el acto de un comando popular hasta que aparece como un crimen político, olvidándose en esta última presunción que todo atentado contra un político es siempre por definición un crimen político, como lo reconoce el propio Diego al margen de las pretensiones que tenga con su reaparición: hay "un marcado matiz político en mi plagio", insistió al presentarse trigarante tras su cautiverio (El Universal del 21 de diciembre).
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4. Las revelaciones del montaje escénico dan al traste aún más con la campaña mediática que se montó con la pretendida odisea de Fernández de Cevallos con su "liberación", contada por él con minucias a sus amigos de Milenio Diario, que le han servido como divulgadores de su versión, difundida el 22 de diciembre, y en la que refiere como supuestamente él mismo "pactó su libertad", negociando una cooperación de sus amigos oligarcas que dice a la postre no fue necesaria, pues su propia familia reunió la suma de 30 millones de dólares que su hijo Diego y el abogado Antonio Lozano Gracia dejaron el 10 de diciembre entre Toluca y la capital en 17 paquetes.
5. Muy significativo resulta en este contexto el conocer la lista de "amigos" (publicada por esta misma fuente) a los que Fernández de Cevallos pretende haberse dirigido para que le ayudasen a su "liberación", pues son aquellos políticos y empresarios salinistas responsables del desastre de México: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X. González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Rhon, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo.
6. El happening resultó mucho más deplorable cuando el país se estremece con otras noticias que evidencian la corrupción y violencia del grupo gobernante y la ineptitud creciente del gobierno de Felipe Calderón. Mientras los mexicanos se enteran azorados de la violencia gratuita que ha desatado el gobierno en Michoacán, del asesinato artero de la activista Marisela Escobedo Ortiz en Chihuahua, del secuestro y tortura de al menos 50 migrantes centroamericanos que ha suscitado la condena a Calderón de los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador y un escándalo internacional, y de los esfuerzos de la administración panista por seguir privatizando y desmantelando a Pemex, se quiere utilizar "el caso Diego" para confundir aún más a los mexicanos.
7. La invectiva lanzada por Diego a los medios durante la entrevista de banqueta concebida por sus publicistas, señalándoles que no tiene la fortuna que pretenden y buscando así responsabilizarlos por lo acontecido, la desmienten los hechos. La prensa lo único que ha hecho es dar cuenta de su papel como hombre de confianza de Salinas en el PAN, responsable desde 1988 de armar la alianza que llevó a la alternancia y al cogobierno, y de las facilidades con que fungió a consecuencia de ello en múltiples casos judiciales que lo evidenciaron como presunto responsable de tráfico de influencias y como “abogado del narco”, así como de las innumerables propiedades y haciendas que adquirió en estos años, como lo recensó Proceso en su número 1751.
8. La promoción de Diego como el ariete de una nueva embestida de la ultraderecha en México se inició desde el mismo momento de su reaparición mediática. En la mañana de ese lunes 20, la locutora de Milenio Televisión que daba cuenta del caso en sus emisiones noticiosas afirmó contundente que al reaparecer Diego se convertía en "el candidato natural del PAN a la Presidencia de la República", y a partir de entonces un buen número de columnistas y analistas no tuvieron empacho en sostener la misma tesis, la que Diego rechazó al día siguiente descartándose para 2012. Como si alguien desconociese que en 1994, aliado a Salinas, fungió como un candidato palero a la silla presidencial, ocultándose cuando empezó a subir en las encuestas, o que su nueva posible candidatura sería inviable por el encono que le tiene Calderón. O, todavía más aún: que su candidato, ahora, es el priísta Enrique Peña Nieto.
9. La violenta retórica seudolegalista y fantasiosa que ha esgrimido ante el caso Felipe Calderón, pretendiendo estar luchando contra el mal y el crimen organizado, la desmienten los hechos. En medio del baño de sangre a que ha llevado al país con sus políticas patrimonialistas, debería por lo menos responder a una sencilla cuestión que planteó el senador Pablo Gómez, demandando a Hacienda aclarar cómo si Diego pudo pagar esa suma no ha pagado sus impuestos
10. Los panistas son hoy los principales responsables del desastre nacional y este caso no hace más que evidenciarlos en toda su corrupción.
4. Las revelaciones del montaje escénico dan al traste aún más con la campaña mediática que se montó con la pretendida odisea de Fernández de Cevallos con su "liberación", contada por él con minucias a sus amigos de Milenio Diario, que le han servido como divulgadores de su versión, difundida el 22 de diciembre, y en la que refiere como supuestamente él mismo "pactó su libertad", negociando una cooperación de sus amigos oligarcas que dice a la postre no fue necesaria, pues su propia familia reunió la suma de 30 millones de dólares que su hijo Diego y el abogado Antonio Lozano Gracia dejaron el 10 de diciembre entre Toluca y la capital en 17 paquetes.
5. Muy significativo resulta en este contexto el conocer la lista de "amigos" (publicada por esta misma fuente) a los que Fernández de Cevallos pretende haberse dirigido para que le ayudasen a su "liberación", pues son aquellos políticos y empresarios salinistas responsables del desastre de México: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X. González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Rhon, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo.
6. El happening resultó mucho más deplorable cuando el país se estremece con otras noticias que evidencian la corrupción y violencia del grupo gobernante y la ineptitud creciente del gobierno de Felipe Calderón. Mientras los mexicanos se enteran azorados de la violencia gratuita que ha desatado el gobierno en Michoacán, del asesinato artero de la activista Marisela Escobedo Ortiz en Chihuahua, del secuestro y tortura de al menos 50 migrantes centroamericanos que ha suscitado la condena a Calderón de los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador y un escándalo internacional, y de los esfuerzos de la administración panista por seguir privatizando y desmantelando a Pemex, se quiere utilizar "el caso Diego" para confundir aún más a los mexicanos.
7. La invectiva lanzada por Diego a los medios durante la entrevista de banqueta concebida por sus publicistas, señalándoles que no tiene la fortuna que pretenden y buscando así responsabilizarlos por lo acontecido, la desmienten los hechos. La prensa lo único que ha hecho es dar cuenta de su papel como hombre de confianza de Salinas en el PAN, responsable desde 1988 de armar la alianza que llevó a la alternancia y al cogobierno, y de las facilidades con que fungió a consecuencia de ello en múltiples casos judiciales que lo evidenciaron como presunto responsable de tráfico de influencias y como “abogado del narco”, así como de las innumerables propiedades y haciendas que adquirió en estos años, como lo recensó Proceso en su número 1751.
8. La promoción de Diego como el ariete de una nueva embestida de la ultraderecha en México se inició desde el mismo momento de su reaparición mediática. En la mañana de ese lunes 20, la locutora de Milenio Televisión que daba cuenta del caso en sus emisiones noticiosas afirmó contundente que al reaparecer Diego se convertía en "el candidato natural del PAN a la Presidencia de la República", y a partir de entonces un buen número de columnistas y analistas no tuvieron empacho en sostener la misma tesis, la que Diego rechazó al día siguiente descartándose para 2012. Como si alguien desconociese que en 1994, aliado a Salinas, fungió como un candidato palero a la silla presidencial, ocultándose cuando empezó a subir en las encuestas, o que su nueva posible candidatura sería inviable por el encono que le tiene Calderón. O, todavía más aún: que su candidato, ahora, es el priísta Enrique Peña Nieto.
9. La violenta retórica seudolegalista y fantasiosa que ha esgrimido ante el caso Felipe Calderón, pretendiendo estar luchando contra el mal y el crimen organizado, la desmienten los hechos. En medio del baño de sangre a que ha llevado al país con sus políticas patrimonialistas, debería por lo menos responder a una sencilla cuestión que planteó el senador Pablo Gómez, demandando a Hacienda aclarar cómo si Diego pudo pagar esa suma no ha pagado sus impuestos
10. Los panistas son hoy los principales responsables del desastre nacional y este caso no hace más que evidenciarlos en toda su corrupción.
diciembre 20, 2010
Epílogo de una desaparición (tercera de tres)
EPÍLOGO DE UNA DESAPARICIÓN
Tercera de tres.
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Artículo 39 constitucional
A estas horas
ay, amigos míos, artesanos,
pintores, astrónomos, marineros,
estamos despiertos. Es trabajo
nuestro el de arreglar algunas cosas.
Diego Fernández de Cevallos parecía intocable hasta aquella noche en que su pasado oscuro lo alcanzó. Y, muy a su pesar, tuvo que responder de algunos de sus actos y verse en el espejo de nuestra mirada… espejo que al hacerlo prisionero reflejó su hechura de corrupto, prepotente y voraz expropiador, demostrando un hecho fundamental: siempre que como pueblo nos atrevamos a luchar contra la injusticia, no habrá felonía que quede impune.
Diego Fernández de Cevallos Ramos (DFCR) es uno de los políticos que mayor responsabilidad tienen en el sostenido proceso de hecatombe económica, política y social que la elite dominante ha impuesto y desplegado en nuestro país de 1982 a la fecha, por medio de un entramado mafioso que opera dentro y fuera de las instituciones estatales; este proceso depredador vino a profundizar, bajo la criminal bandera neoliberal, las de por sí deterioradas condiciones de vida de los hombres y mujeres que viven en México, generando la mayor contrarreforma y el mayor retroceso histórico en nuestro país en lo que a bienestar social se refiere.
DFCR es uno de los políticos que más se ha caracterizado por el abuso del poder, el tráfico de influencias y el enriquecimiento a costa del erario y de los bienes de la nación, legislando en pro de los grandes monopolios (financieros, de comunicaciones, alimentos, construcción, transportes, etc.) asesorando a las mafias del poder y litigando a favor de los grandes capos del narcotráfico. Es uno de los principales cómplices y operadores del fraudulento proceso electoral que se ha perpetrado sistemáticamente en nuestro país, desde el ocultamiento del fraude que impuso en 1988 a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia mediante la quema de boletas electorales hasta la organización del fraude que en 2006 impuso a Felipe Calderón Hinojosa. Es uno de los principales encubridores de los responsables de la guerra sucia y contrainsurgente desplegada por el régimen priista y ahora por el PAN contra los movimientos sociales, armados o no, convirtiéndose en uno más de los cómplices de la existencia de incontables perseguidos, torturados, asesinados, presos y desaparecidos por motivos políticos. Es un responsable directo de la inserción subordinada de México al bloque de países capitaneados en nuestro continente por el imperialismo estadounidense y, en consecuencia, del desmantelamiento industrial, la ruina del campo, la masiva migración, de la pauperización de la vida en general y el saqueo de nuestros recursos.
En breve, Diego Fernández de Cevallos Ramos es un operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, un traficante de influencias, un mercenario de los juzgados, un legislador a sueldo, un rentista de la crisis y un defensor de los grandes capos de la droga. Por ello su aprehensión fue una actividad pensada y realizada como un acto de desagravio.
Tomarlo prisionero, exhibirlo y obligarlo a devolver una milésima de lo robado constituyó además un golpe político a la plutocracia y a sus instituciones; una demostración de la voluntad de lucha y de la capacidad operativa de los “descalzonados”, como él nos denomina; una demostración de que nadie, por poderoso que sea, puede ser intocable; una demostración de que con unidad de acción se puede doblegar la voluntad del enemigo y combatir la impunidad.
Pocas veces se había percibido el miedo, la confusión y el enojo que una imagen puede generar en la poderosa elite gobernante, como lo hizo la primera foto del jefe Diego cautivo que empezó a circular en internet, y que los medios de comunicación se vieron obligados a difundir. En ella se le pudo observar no con la prepotencia ni el cinismo de los que ha hecho gala el trasnochado encomendero a lo largo de su vida personal y política, sino en la total indefensión, casi parecida a la que vivimos y a la que hemos sido sometidos la mayoría de mexicanos, sólo que con una notable diferencia: A Diego le fue respetada su integridad física sin el desprecio que por la vida humana demuestra el poder con Nosotros.
Con base en los resultados de este acto, consideramos necesario compartir la convicción de que si quienes somos pueblo logramos organizarnos en una sola voluntad política nacional, en una colosal fuerza social organizada, podremos hacer frente común a la injusticia y a la impunidad, a fin de derrotar a nuestros opresores y acordar la organización de una sociedad verdaderamente humanizada. Y pese a tener innumerables imputaciones en su contra y de que miles de ciudadanos exigen su legítima ejecución, conscientes estamos de que la verdadera solución a la crisis que vive el país no está en liquidarlo, sino en la capacidad del pueblo para organizarse y retomar las riendas de su propio destino, recurriendo a todos los medios a su alcance.
Como parte del pueblo organizado decidimos realizar una tarea, la responsabilidad es nuestra. Creemos firmemente que reapropiarse del uso constructivo de la violencia es legítimo y hemos actuado en consecuencia.
Esta tarea es parte de un proyecto más grande e importante: participar en la construcción del poder popular para transformar este país transnacionalizado en una verdadera patria digna, libre y nuestra. ¿O es mucho soñar con que las riquezas de México sean para la mayoría de los mexicanos? ¿Es ambicioso soñar con un país productivo que pueda dar trabajo y remuneración digna a sus hijos? ¿Es un sueño guajiro pensar que somos los 90 millones de pobres quienes debemos tener la posibilidad real de tomar las decisiones importantes en el modelo económico, político y cultural que deseamos? ¿Es mucho pedir un México para todos los mexicanos?
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Tercera de tres.
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Artículo 39 constitucional
A estas horas
ay, amigos míos, artesanos,
pintores, astrónomos, marineros,
estamos despiertos. Es trabajo
nuestro el de arreglar algunas cosas.
Diego Fernández de Cevallos parecía intocable hasta aquella noche en que su pasado oscuro lo alcanzó. Y, muy a su pesar, tuvo que responder de algunos de sus actos y verse en el espejo de nuestra mirada… espejo que al hacerlo prisionero reflejó su hechura de corrupto, prepotente y voraz expropiador, demostrando un hecho fundamental: siempre que como pueblo nos atrevamos a luchar contra la injusticia, no habrá felonía que quede impune.
Diego Fernández de Cevallos Ramos (DFCR) es uno de los políticos que mayor responsabilidad tienen en el sostenido proceso de hecatombe económica, política y social que la elite dominante ha impuesto y desplegado en nuestro país de 1982 a la fecha, por medio de un entramado mafioso que opera dentro y fuera de las instituciones estatales; este proceso depredador vino a profundizar, bajo la criminal bandera neoliberal, las de por sí deterioradas condiciones de vida de los hombres y mujeres que viven en México, generando la mayor contrarreforma y el mayor retroceso histórico en nuestro país en lo que a bienestar social se refiere.
DFCR es uno de los políticos que más se ha caracterizado por el abuso del poder, el tráfico de influencias y el enriquecimiento a costa del erario y de los bienes de la nación, legislando en pro de los grandes monopolios (financieros, de comunicaciones, alimentos, construcción, transportes, etc.) asesorando a las mafias del poder y litigando a favor de los grandes capos del narcotráfico. Es uno de los principales cómplices y operadores del fraudulento proceso electoral que se ha perpetrado sistemáticamente en nuestro país, desde el ocultamiento del fraude que impuso en 1988 a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia mediante la quema de boletas electorales hasta la organización del fraude que en 2006 impuso a Felipe Calderón Hinojosa. Es uno de los principales encubridores de los responsables de la guerra sucia y contrainsurgente desplegada por el régimen priista y ahora por el PAN contra los movimientos sociales, armados o no, convirtiéndose en uno más de los cómplices de la existencia de incontables perseguidos, torturados, asesinados, presos y desaparecidos por motivos políticos. Es un responsable directo de la inserción subordinada de México al bloque de países capitaneados en nuestro continente por el imperialismo estadounidense y, en consecuencia, del desmantelamiento industrial, la ruina del campo, la masiva migración, de la pauperización de la vida en general y el saqueo de nuestros recursos.
En breve, Diego Fernández de Cevallos Ramos es un operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, un traficante de influencias, un mercenario de los juzgados, un legislador a sueldo, un rentista de la crisis y un defensor de los grandes capos de la droga. Por ello su aprehensión fue una actividad pensada y realizada como un acto de desagravio.
Tomarlo prisionero, exhibirlo y obligarlo a devolver una milésima de lo robado constituyó además un golpe político a la plutocracia y a sus instituciones; una demostración de la voluntad de lucha y de la capacidad operativa de los “descalzonados”, como él nos denomina; una demostración de que nadie, por poderoso que sea, puede ser intocable; una demostración de que con unidad de acción se puede doblegar la voluntad del enemigo y combatir la impunidad.
Pocas veces se había percibido el miedo, la confusión y el enojo que una imagen puede generar en la poderosa elite gobernante, como lo hizo la primera foto del jefe Diego cautivo que empezó a circular en internet, y que los medios de comunicación se vieron obligados a difundir. En ella se le pudo observar no con la prepotencia ni el cinismo de los que ha hecho gala el trasnochado encomendero a lo largo de su vida personal y política, sino en la total indefensión, casi parecida a la que vivimos y a la que hemos sido sometidos la mayoría de mexicanos, sólo que con una notable diferencia: A Diego le fue respetada su integridad física sin el desprecio que por la vida humana demuestra el poder con Nosotros.
Con base en los resultados de este acto, consideramos necesario compartir la convicción de que si quienes somos pueblo logramos organizarnos en una sola voluntad política nacional, en una colosal fuerza social organizada, podremos hacer frente común a la injusticia y a la impunidad, a fin de derrotar a nuestros opresores y acordar la organización de una sociedad verdaderamente humanizada. Y pese a tener innumerables imputaciones en su contra y de que miles de ciudadanos exigen su legítima ejecución, conscientes estamos de que la verdadera solución a la crisis que vive el país no está en liquidarlo, sino en la capacidad del pueblo para organizarse y retomar las riendas de su propio destino, recurriendo a todos los medios a su alcance.
Como parte del pueblo organizado decidimos realizar una tarea, la responsabilidad es nuestra. Creemos firmemente que reapropiarse del uso constructivo de la violencia es legítimo y hemos actuado en consecuencia.
Esta tarea es parte de un proyecto más grande e importante: participar en la construcción del poder popular para transformar este país transnacionalizado en una verdadera patria digna, libre y nuestra. ¿O es mucho soñar con que las riquezas de México sean para la mayoría de los mexicanos? ¿Es ambicioso soñar con un país productivo que pueda dar trabajo y remuneración digna a sus hijos? ¿Es un sueño guajiro pensar que somos los 90 millones de pobres quienes debemos tener la posibilidad real de tomar las decisiones importantes en el modelo económico, político y cultural que deseamos? ¿Es mucho pedir un México para todos los mexicanos?
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Epílogo de una desaparición (segunda de tres)
EPÍLOGO DE UNA DESAPARICIÓN
Segunda de tres.
Los poderosos llaman ley a su propia violencia y crimen a la de los oprimidos… por eso, los oprimidos debemos luchar por el establecimiento de una nueva ley frente a los crímenes de los poderosos, por todos los medios, incluida la violencia…
En México coexisten dos países distintos. Uno es habitado por menos del 10% de la población; son Ellos quienes participan en la política y aplauden los discursos del gobierno de progreso y bienestar porque los viven; es la empresa dirigida y sostenida por quienes poseen y gozan de la mayor parte de la riqueza del país. En contraste el otro México es habitado por más del 90% de la población; y aunque somos la gran mayoría no tenemos ningún peso en las decisiones políticas y económicas.
¿Es posible conocer a los individuos que decidieron el destino de un país entero? El proyecto neoliberal en México se concretó gracias a la actuación de diversos personajes en acuerdo y complicidad. En la figura de Carlos Salinas de Gortari se identifica más claramente el inicio de esta etapa destructiva, cruzando varios intereses y procesos; es un actor principal y es miembro de los círculos más restringidos del control de poder de ese entramado mafioso. Salinas impuso transformaciones (diseñadas desde la cúspide del poder capitalista) en sintonía con Estados Unidos, que no ha abandonado su histórica política intervencionista, apoyado por la elite empresarial y política mexicana de su partido (PRI) y algunos importantes aliados políticos; ha permanecido tras bambalinas desde que dejó la presidencia. De sus más preciados aliados podemos señalar como principal cómplice a un miembro destacado del partido de la oposición leal (PAN), Diego Fernández de Cevallos Ramos, un cacique panista inmensamente rico gracias a su triple carácter de funcionario del estado, empresario y abogado de demandas en contra del erario público.
El Jefe Diego es otro nudo por donde atraviesan múltiples historias turbias. Ahora conocemos de cierto los modos de los trabajos y oficios con los que se maneja, las personas con las que trata y algunas de las que han sido sus más logradas empresas. Con nada que ocultar la mafia ha sido enumerada en las cartas elaboradas y dirigidas por el propio Diego a sus “benefactores”, reclamándoles apoyo económico en correspondencia a su lealtad y a sus servicios: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera Carrera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Ronh, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo, entre otros. Se establecen diversas relaciones entre empresarios, políticos, la Iglesia, el narcotráfico, las redes de crimen organizado, el ejército, los grupos paramilitares, las televisoras, etc. Estas relaciones están regidas por entendidos más allá de la legalidad, por dentro y fuera de toda apariencia de normatividad; son feudos de una maraña de poderes en pugna y con el control del país.
Diego Fernández de Cevallos acumula una larga pero poco honrosa carrera de impunidad y enriquecimiento. Por ejemplo, como amigo y abogado del millonario Alberto Bailleres (Presidente de Grupo Bal y dueño de El Palacio de Hierro y Seguros GNP), defendió a la empresa MetMex Peñoles contra las madres de más de 11,000 niños envenenados por la contaminación ocasionada por la fundidora en Torreón Coahuila. Ni las movilizaciones ni demandas penales de los afectados tuvieron éxito, pues la poderosa empresa estaba jurídicamente blindada contra las demandas populares gracias a las artes litigantes de su abogado a quien la justicia es lo que menos importa.
Uno de los principales logros de la historia de México, fue haber logrado la separación de la Iglesia católica y el Estado. Debe añadirse a los libros de texto que esa lucha culminó con una amable reconciliación cuyo mediador fue el mismo Diego Fernández de Cevallos en complicidad con los más altos mandos de la Iglesia y Carlos Salinas de Gortari. Ellos modificaron en 1992 los artículos constitucionales 3, 5, 24, 27 y 130 y en julio del mismo año se promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público, así como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Estado mexicano y la Santa Sede, representando el inicio de una inédita etapa en la historia contemporánea de México, cuyas consecuencias políticas y sociales empiezan a perfilarse. Iglesia como aparato aliado de las elites y parte fundamental de éstas a través de la historia, además de fungir como vínculo con “los pobres”; es más bien un supra Estado, férreamente centralizado, feudal, totalitario y ultraconservador. A través del jefe Diego y Carlos Castillo Peraza del PAN, se selló un nuevo pacto entre la Iglesia y el Estado, dotándolas de permiso para acumular bienes materiales heredables, además de la facultad de intervenir en la educación. Para hacer oficial el reconocimiento, las Iglesias debieron solicitar su registro ante la Secretaría de Gobernación. No resulta sorpresivo que el primer registro, el oficio 001, sea de la Iglesia Apostólica Romana, cuya copia enmarcada con una agradecida dedicatoria (“Para Diego Fernández de Cevallos. Con gratitud y cariño. G. Prigione”) cuelga en el despacho de Diego Fernández de Cevallos. Esta ley sustituía a la de 1926, cuando Calles selló la separación Iglesia-Estado iniciada por Benito Juárez.
Ahora sabemos que la revelada relación entre los gobiernos mexicanos y el narcotráfico ha sido una constante. Lo que en un inicio fue un jugoso negocio controlado con acuerdos y cuotas pactadas se ha convertido en un mercado en disputa donde el gobierno no ha dejado de favorecer al ala que lo ha nutrido. Desde finales de los ochentas la diferencia entre el narco y el Estado comenzó a desdibujarse y no se sabía quién era quién. Raúl Salinas bajo el consentimiento de su hermano Carlos, Mario Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo, Nazar Haro, Juan Sandoval Íñiguez, Rubén Figueroa (padre e hijo), Diódoro Carrasco, Ulises Ruiz, Mario Marín, Jorge Tello Peón, Genaro García Luna, por mencionar a algunos de sus principales actores, han sido contacto y beneficiarios, y no podía faltar Diego Fernández de Cevallos. Su relación con la muerte del Señor de los Cielos (desmentida por García Calderoni) y haber recibido algunos millones de dólares procedentes del narco, parecen asuntos menores en comparación con la estrecha relación del gobierno y el desarrollo y consolidación del narcotráfico en México. México vive el contexto más violento desde la Revolución mexicana, como consecuencia del proyecto Irán-contra, impulsado por el gobierno de los Estados Unidos desde la década de los ochenta, por medio del cual permitió el tráfico de drogas de Latinoamérica a la Unión Americana, pactando con personajes de la talla de Pablo Escobar, Caro Quintero y el propio Señor de los Cielos, a cambio de recursos para combatir los movimientos insurgentes en Centroamérica. El gobierno de Estados Unidos fomentó la actividad del narco, sin importar las implicaciones que esta actividad tenía en los lugares donde se promovía (sobre todo Colombia y México) a cambio de exterminar a la disidencia política; la herencia que nos queda del Irán-contra es el inmenso poder económico y de combate que acumularon los carteles del narcotráfico en nuestros países. México fue cómplice de dicho plan, y ahora todos Nosotros pagamos las consecuencias del crecimiento del narcotráfico a niveles que ni el Estado puede controlar, además de la falsa guerra emprendida, pues es absurdo luchar contra quien uno mismo ha creado.
A través de esta compleja y poderosa mafia, Diego Fernández de Cevallos fue pieza central para concretar el cambio de México a un Estado mínimo (sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales), además de diversos cambios de legislación que implicaron quiebres históricos para México. Desde la legitimación del fraude realizado contra Cuauhtémoc Cárdenas, la venta de las empresas paraestatales, la privatización de la banca mexicana, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, hasta el reconocimiento jurídico de la Iglesia católica (dando vuelta atrás a más de 100 años de lucha por la separación de la Iglesia y el Estado) y la reforma al artículo 27 de la Constitución (considerado como el máximo triunfo de la Revolución de 1910), aniquilando no una forma de producción económica (los ejidos) sino la base de la identidad de muchas culturas; conocemos a los responsables directos de la actual realidad mexicana.
Estas personas, fieles a una lógica que niega de facto el derecho a la vida digna de la mayor parte de la población mexicana, han prostituido los bienes y recursos de la nación, se han servido de ella, la han disfrazado, mutilado y traicionaron su historia… a cambio, se hincharon de poder político y económico. Es alta traición llevar adelante todas estas operaciones e igualmente grave legalizar su operación garantizando su impunidad al armarse una propia justicia; ni siquiera en su lógica son inocentes. Han tenido la osadía de abanderar y operar un proyecto anti-patriótico que renuncia a honrar la memoria histórica y que confina a la gente a la miseria como forma general de la existencia.
El país se desmorona ante sus ojos atónitos que no dan crédito a lo que ven; se deshace por causa suya sin que discursos y fanfarrias mediáticas puedan convencernos de que vamos con rumbo cierto a la solución de los múltiples problemas que históricamente persisten en el país; la nación se desangra a borbollones y no desean admitir que ellos y solamente Ellos, han saciado su hambre de riqueza desmedida y poder político inconmensurable a costa de una patria exangüe y anémica.
Más de 30,000 muertos sin contar a aquellos que deambulan en el anonimato; más de 200, 000 encarcelados por haber encontrado como opción de vida la delincuencia; casi 8 millones de jóvenes desocupados que bien podrían alimentar los grupos delincuenciales, de esquiroles o la drogodependencia. La pérdida progresiva de visión de futuro y de perspectiva para los jóvenes que miran como opción de vida el enriquecimiento rápido a través de su inserción dentro del mágico mundo de la “cultura de las televisoras” o dentro de las huestes del narcotráfico. La extinción de fuerzas de trabajo para defender los intereses de Ellos, a través de la privatización de empresas y recursos del país; la pauperización de condiciones de trabajo y de salarios para mantener fuentes de empleo. La militarización del país, la criminalización de la disidencia política, la paramilitarización de las policías, la extinción de los derechos humanos bajo argucias legales y extralegales, entre éstas la impunidad de los militares bajo el concepto de “fuero militar”, el incumplimiento de las garantías individuales “plasmadas en la Constitución” para dar paso a la inconstitucional figura del “arraigo”.
Este es un fragmento del México que han dejado como saldo para nosotros una larga dictadura, la seudo-transición y las complicidades partidistas. Si recortamos nuestra descripción a los últimos 25 años… ¡qué curioso! encontramos a los mismos delincuentes que habíamos denunciado antes y entre ellos a Diego Fernández de Cevallos.
Estos delincuentes de cuello blanco han saqueado a la Patria, han organizado sus grupos y acciones para poder gozar del poder y enriquecerse de manera prepotente bajo el manto de su protección. Han aprovechado sus estancias en los órganos estatales y se han servido de ello para obtener ilegal e ilegítimamente beneficios económicos, políticos e ideológicos para ser Ellos y solamente Ellos los únicos y eternos beneficiarios.
Aseguran el nombramiento de Secretarios de Estado, de Seguridad Pública, Procuradores Generales de la República, Gobernadores y Presidentes municipales de algunas entidades, Senadores, Diputados, Asambleístas y diversos cargos de “elección popular” para posicionarse política y económicamente. Negocian y pactan reconocimientos y prebendas para asegurar su lugar en el poder político y económico. Defienden fraudes políticos, económicos y jurídicos y los apoyan económica, ideológica y políticamente; sin menospreciar las jurídicas y judiciales. Hasta parece un retrato hablado. La impunidad les cubre a lo largo de su vida como aureola de santidad. Niegan para sí mismos que el pueblo, las organizaciones de que disponen y sus redes de acción no los alcanzarán con su brazo de justicia y legitimidad; sin embargo esto no es así.
Ellos se manejan de acuerdo a principios y valores que en la práctica niegan la posibilidad de vida plena para Nosotros. Han gozado de la posibilidad de ejercer la violencia de manera legal e ilegal, visible e invisible no sólo contra las expresiones armadas organizadas sino en escarmientos contra cualquier demostración de hartazgo e insubordinación social. Estos principios y valores son reproducidos todos los días por individuos con poder local (en las colonias, en los municipios, en pueblos y ranchos) que de manera miserable maltratan y menosprecian a la gente aprovechando la constante de la pobreza. La transformación de todo esto pasa por erradicar estas conductas que encuentran en el provecho del ejercicio impune del poder económico, político, religioso, etc. su hábitat para garantizar sus privilegios a costa de los demás.
No se les están imputando responsabilidades abstractas sino crímenes concretos, hay actos solapados y manejos que aun dentro de su propio estado de derecho son injustificables; el crimen es su práctica y el cinismo su estampa. Nosotros, construyendo poder popular, nuevas formas de justicia y sanciones podremos mostrar que nadie, ni siquiera Ellos permanecerán impunes.
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Segunda de tres.
Los poderosos llaman ley a su propia violencia y crimen a la de los oprimidos… por eso, los oprimidos debemos luchar por el establecimiento de una nueva ley frente a los crímenes de los poderosos, por todos los medios, incluida la violencia…
En México coexisten dos países distintos. Uno es habitado por menos del 10% de la población; son Ellos quienes participan en la política y aplauden los discursos del gobierno de progreso y bienestar porque los viven; es la empresa dirigida y sostenida por quienes poseen y gozan de la mayor parte de la riqueza del país. En contraste el otro México es habitado por más del 90% de la población; y aunque somos la gran mayoría no tenemos ningún peso en las decisiones políticas y económicas.
¿Es posible conocer a los individuos que decidieron el destino de un país entero? El proyecto neoliberal en México se concretó gracias a la actuación de diversos personajes en acuerdo y complicidad. En la figura de Carlos Salinas de Gortari se identifica más claramente el inicio de esta etapa destructiva, cruzando varios intereses y procesos; es un actor principal y es miembro de los círculos más restringidos del control de poder de ese entramado mafioso. Salinas impuso transformaciones (diseñadas desde la cúspide del poder capitalista) en sintonía con Estados Unidos, que no ha abandonado su histórica política intervencionista, apoyado por la elite empresarial y política mexicana de su partido (PRI) y algunos importantes aliados políticos; ha permanecido tras bambalinas desde que dejó la presidencia. De sus más preciados aliados podemos señalar como principal cómplice a un miembro destacado del partido de la oposición leal (PAN), Diego Fernández de Cevallos Ramos, un cacique panista inmensamente rico gracias a su triple carácter de funcionario del estado, empresario y abogado de demandas en contra del erario público.
El Jefe Diego es otro nudo por donde atraviesan múltiples historias turbias. Ahora conocemos de cierto los modos de los trabajos y oficios con los que se maneja, las personas con las que trata y algunas de las que han sido sus más logradas empresas. Con nada que ocultar la mafia ha sido enumerada en las cartas elaboradas y dirigidas por el propio Diego a sus “benefactores”, reclamándoles apoyo económico en correspondencia a su lealtad y a sus servicios: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera Carrera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Ronh, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo, entre otros. Se establecen diversas relaciones entre empresarios, políticos, la Iglesia, el narcotráfico, las redes de crimen organizado, el ejército, los grupos paramilitares, las televisoras, etc. Estas relaciones están regidas por entendidos más allá de la legalidad, por dentro y fuera de toda apariencia de normatividad; son feudos de una maraña de poderes en pugna y con el control del país.
Diego Fernández de Cevallos acumula una larga pero poco honrosa carrera de impunidad y enriquecimiento. Por ejemplo, como amigo y abogado del millonario Alberto Bailleres (Presidente de Grupo Bal y dueño de El Palacio de Hierro y Seguros GNP), defendió a la empresa MetMex Peñoles contra las madres de más de 11,000 niños envenenados por la contaminación ocasionada por la fundidora en Torreón Coahuila. Ni las movilizaciones ni demandas penales de los afectados tuvieron éxito, pues la poderosa empresa estaba jurídicamente blindada contra las demandas populares gracias a las artes litigantes de su abogado a quien la justicia es lo que menos importa.
Uno de los principales logros de la historia de México, fue haber logrado la separación de la Iglesia católica y el Estado. Debe añadirse a los libros de texto que esa lucha culminó con una amable reconciliación cuyo mediador fue el mismo Diego Fernández de Cevallos en complicidad con los más altos mandos de la Iglesia y Carlos Salinas de Gortari. Ellos modificaron en 1992 los artículos constitucionales 3, 5, 24, 27 y 130 y en julio del mismo año se promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público, así como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Estado mexicano y la Santa Sede, representando el inicio de una inédita etapa en la historia contemporánea de México, cuyas consecuencias políticas y sociales empiezan a perfilarse. Iglesia como aparato aliado de las elites y parte fundamental de éstas a través de la historia, además de fungir como vínculo con “los pobres”; es más bien un supra Estado, férreamente centralizado, feudal, totalitario y ultraconservador. A través del jefe Diego y Carlos Castillo Peraza del PAN, se selló un nuevo pacto entre la Iglesia y el Estado, dotándolas de permiso para acumular bienes materiales heredables, además de la facultad de intervenir en la educación. Para hacer oficial el reconocimiento, las Iglesias debieron solicitar su registro ante la Secretaría de Gobernación. No resulta sorpresivo que el primer registro, el oficio 001, sea de la Iglesia Apostólica Romana, cuya copia enmarcada con una agradecida dedicatoria (“Para Diego Fernández de Cevallos. Con gratitud y cariño. G. Prigione”) cuelga en el despacho de Diego Fernández de Cevallos. Esta ley sustituía a la de 1926, cuando Calles selló la separación Iglesia-Estado iniciada por Benito Juárez.
Ahora sabemos que la revelada relación entre los gobiernos mexicanos y el narcotráfico ha sido una constante. Lo que en un inicio fue un jugoso negocio controlado con acuerdos y cuotas pactadas se ha convertido en un mercado en disputa donde el gobierno no ha dejado de favorecer al ala que lo ha nutrido. Desde finales de los ochentas la diferencia entre el narco y el Estado comenzó a desdibujarse y no se sabía quién era quién. Raúl Salinas bajo el consentimiento de su hermano Carlos, Mario Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo, Nazar Haro, Juan Sandoval Íñiguez, Rubén Figueroa (padre e hijo), Diódoro Carrasco, Ulises Ruiz, Mario Marín, Jorge Tello Peón, Genaro García Luna, por mencionar a algunos de sus principales actores, han sido contacto y beneficiarios, y no podía faltar Diego Fernández de Cevallos. Su relación con la muerte del Señor de los Cielos (desmentida por García Calderoni) y haber recibido algunos millones de dólares procedentes del narco, parecen asuntos menores en comparación con la estrecha relación del gobierno y el desarrollo y consolidación del narcotráfico en México. México vive el contexto más violento desde la Revolución mexicana, como consecuencia del proyecto Irán-contra, impulsado por el gobierno de los Estados Unidos desde la década de los ochenta, por medio del cual permitió el tráfico de drogas de Latinoamérica a la Unión Americana, pactando con personajes de la talla de Pablo Escobar, Caro Quintero y el propio Señor de los Cielos, a cambio de recursos para combatir los movimientos insurgentes en Centroamérica. El gobierno de Estados Unidos fomentó la actividad del narco, sin importar las implicaciones que esta actividad tenía en los lugares donde se promovía (sobre todo Colombia y México) a cambio de exterminar a la disidencia política; la herencia que nos queda del Irán-contra es el inmenso poder económico y de combate que acumularon los carteles del narcotráfico en nuestros países. México fue cómplice de dicho plan, y ahora todos Nosotros pagamos las consecuencias del crecimiento del narcotráfico a niveles que ni el Estado puede controlar, además de la falsa guerra emprendida, pues es absurdo luchar contra quien uno mismo ha creado.
A través de esta compleja y poderosa mafia, Diego Fernández de Cevallos fue pieza central para concretar el cambio de México a un Estado mínimo (sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales), además de diversos cambios de legislación que implicaron quiebres históricos para México. Desde la legitimación del fraude realizado contra Cuauhtémoc Cárdenas, la venta de las empresas paraestatales, la privatización de la banca mexicana, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, hasta el reconocimiento jurídico de la Iglesia católica (dando vuelta atrás a más de 100 años de lucha por la separación de la Iglesia y el Estado) y la reforma al artículo 27 de la Constitución (considerado como el máximo triunfo de la Revolución de 1910), aniquilando no una forma de producción económica (los ejidos) sino la base de la identidad de muchas culturas; conocemos a los responsables directos de la actual realidad mexicana.
Estas personas, fieles a una lógica que niega de facto el derecho a la vida digna de la mayor parte de la población mexicana, han prostituido los bienes y recursos de la nación, se han servido de ella, la han disfrazado, mutilado y traicionaron su historia… a cambio, se hincharon de poder político y económico. Es alta traición llevar adelante todas estas operaciones e igualmente grave legalizar su operación garantizando su impunidad al armarse una propia justicia; ni siquiera en su lógica son inocentes. Han tenido la osadía de abanderar y operar un proyecto anti-patriótico que renuncia a honrar la memoria histórica y que confina a la gente a la miseria como forma general de la existencia.
El país se desmorona ante sus ojos atónitos que no dan crédito a lo que ven; se deshace por causa suya sin que discursos y fanfarrias mediáticas puedan convencernos de que vamos con rumbo cierto a la solución de los múltiples problemas que históricamente persisten en el país; la nación se desangra a borbollones y no desean admitir que ellos y solamente Ellos, han saciado su hambre de riqueza desmedida y poder político inconmensurable a costa de una patria exangüe y anémica.
Más de 30,000 muertos sin contar a aquellos que deambulan en el anonimato; más de 200, 000 encarcelados por haber encontrado como opción de vida la delincuencia; casi 8 millones de jóvenes desocupados que bien podrían alimentar los grupos delincuenciales, de esquiroles o la drogodependencia. La pérdida progresiva de visión de futuro y de perspectiva para los jóvenes que miran como opción de vida el enriquecimiento rápido a través de su inserción dentro del mágico mundo de la “cultura de las televisoras” o dentro de las huestes del narcotráfico. La extinción de fuerzas de trabajo para defender los intereses de Ellos, a través de la privatización de empresas y recursos del país; la pauperización de condiciones de trabajo y de salarios para mantener fuentes de empleo. La militarización del país, la criminalización de la disidencia política, la paramilitarización de las policías, la extinción de los derechos humanos bajo argucias legales y extralegales, entre éstas la impunidad de los militares bajo el concepto de “fuero militar”, el incumplimiento de las garantías individuales “plasmadas en la Constitución” para dar paso a la inconstitucional figura del “arraigo”.
Este es un fragmento del México que han dejado como saldo para nosotros una larga dictadura, la seudo-transición y las complicidades partidistas. Si recortamos nuestra descripción a los últimos 25 años… ¡qué curioso! encontramos a los mismos delincuentes que habíamos denunciado antes y entre ellos a Diego Fernández de Cevallos.
Estos delincuentes de cuello blanco han saqueado a la Patria, han organizado sus grupos y acciones para poder gozar del poder y enriquecerse de manera prepotente bajo el manto de su protección. Han aprovechado sus estancias en los órganos estatales y se han servido de ello para obtener ilegal e ilegítimamente beneficios económicos, políticos e ideológicos para ser Ellos y solamente Ellos los únicos y eternos beneficiarios.
Aseguran el nombramiento de Secretarios de Estado, de Seguridad Pública, Procuradores Generales de la República, Gobernadores y Presidentes municipales de algunas entidades, Senadores, Diputados, Asambleístas y diversos cargos de “elección popular” para posicionarse política y económicamente. Negocian y pactan reconocimientos y prebendas para asegurar su lugar en el poder político y económico. Defienden fraudes políticos, económicos y jurídicos y los apoyan económica, ideológica y políticamente; sin menospreciar las jurídicas y judiciales. Hasta parece un retrato hablado. La impunidad les cubre a lo largo de su vida como aureola de santidad. Niegan para sí mismos que el pueblo, las organizaciones de que disponen y sus redes de acción no los alcanzarán con su brazo de justicia y legitimidad; sin embargo esto no es así.
Ellos se manejan de acuerdo a principios y valores que en la práctica niegan la posibilidad de vida plena para Nosotros. Han gozado de la posibilidad de ejercer la violencia de manera legal e ilegal, visible e invisible no sólo contra las expresiones armadas organizadas sino en escarmientos contra cualquier demostración de hartazgo e insubordinación social. Estos principios y valores son reproducidos todos los días por individuos con poder local (en las colonias, en los municipios, en pueblos y ranchos) que de manera miserable maltratan y menosprecian a la gente aprovechando la constante de la pobreza. La transformación de todo esto pasa por erradicar estas conductas que encuentran en el provecho del ejercicio impune del poder económico, político, religioso, etc. su hábitat para garantizar sus privilegios a costa de los demás.
No se les están imputando responsabilidades abstractas sino crímenes concretos, hay actos solapados y manejos que aun dentro de su propio estado de derecho son injustificables; el crimen es su práctica y el cinismo su estampa. Nosotros, construyendo poder popular, nuevas formas de justicia y sanciones podremos mostrar que nadie, ni siquiera Ellos permanecerán impunes.
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Epílogo de una desaparición (primera de tres)
EPÍLOGO DE UNA DESAPARICIÓN
Primera de tres.
Los clásicos no establecieron ningún principio que prohibiera matar, fueron los más compasivos de todos los hombres, pero veían ante sí enemigos de la humanidad que no era posible vencer mediante el convencimiento. Todo el afán de los clásicos estuvo dirigido a la creación de circunstancias en las que el matar ya no sea provechoso para nadie. Lucharon contra la violencia que abusa y contra la violencia que impide el movimiento. No vacilaron en oponer violencia a la violencia.
Bertolt Brecht
En México vivimos inmersos en un clima de creciente violencia destructiva que las mafias del gobierno permiten y fomentan, porque sólo así pueden ocultar la sistemática represión, tratar de controlar el descontento social e impedir, por el momento, que se generalice la lucha popular. Las formas de la violencia son cada vez más crueles y abominables; el conflicto no sólo ha dejado decenas de miles de personas muertas, sino terror e incertidumbre entre los vivos. La distancia entre el discurso de gobierno y las prácticas corruptas que lo caracterizan son una clara muestra de que los más altos funcionarios y las instituciones del Estado mexicano están coludidos con el crimen contra quien dicen estar luchando.
Esta contradicción inicial desata una cadena ininterrumpida de mentiras difundidas ampliamente por los medios de comunicación con los que están coludidos; esta difusión forma parte de la violencia cultural que promueve, legitima y justifica la violencia directa que el gobierno sostiene, así como de la violencia del hambre, del desempleo, de la migración, de la delincuencia infantil y juvenil, de la trata de blancas. En fin, de esa violencia silenciosa que obliga a gritar ¡Ya Basta!
Vemos día a día la impunidad militar, los levantones policiales para entregar víctimas al narco y la convivencia evidente entre presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados, jueces, generales y jefes policiacos con los grandes capos, incluso, es posible afirmar que la alta burocracia y los sectores reaccionarios de la clase política, son quienes forman parte de las mafias más criminales en nuestro país. La “guerra” que el gobierno dice sostener en aras de la paz, no combate la raíz del problema ni a los verdaderos delincuentes, los de cuello blanco, que con base en fobaproas, rescates empresariales, privatizaciones (concesiones de carreteras, contratos secretos del petróleo, de fibra óptica y otros recursos naturales) se enriquecen y adquieren la facultad de poner y quitar gobiernos.
Sin embargo la violencia más sofisticada, la que a diario nos golpea y quizá la que menos reconocemos como violencia, es la que parece no venir de ninguna persona; es la violencia estructural “invisible” presentada siempre como "estragos", "golpes" o “crisis internacionales” que parecen nunca terminar para Nosotros pueblo y que nos son presentadas como “avances”. El duopolio televisivo y los gobernantes quieren que creamos en los “avances” y en la “modernidad” mientras hay más despidos, menos oportunidades de encontrar empleos productivos y un salario que cada día vale menos. Esa “modernidad” no es con la que soñamos ni la que queremos heredar a nuestros hijos.
La pobreza, para muchos la miseria, es una constante amenaza de muerte y es mucho más poderosa que todos los grupos de sicarios juntos; la vida es reducida a su condición de supervivencia sin ninguna posibilidad de un desarrollo auténticamente humano. Estas condiciones acercan a millones de personas más a la muerte que a la vida y frente a este peligro (del que Ellos, los grupos privilegiados, se benefician funcionalizando la pobreza al máximo) no se encontrarán soluciones concretas a menos que lo hagamos Nosotros.
Así, la violencia visible-directa, la invisible-estructural (de la que parece no haber ningún responsable) y la cultural, son promovidas y sustentadas por los gobiernos; éstos, no son la representación política de todos los mexicanos, sino quienes velan por los intereses de una restringida porción de la población, que privilegian especialmente a un restringido número de familias que encabezan el control del poder, la clase privilegiada, que se hace carne y hueso en un entramado altamente sofisticado y eficiente de grupos y personajes clave, que con una planeación meticulosa y una larga carrera, se siguen colocando en posiciones estratégicas para continuar beneficiándose a costa de todo un país. El gobierno es mafioso porque protege los intereses de los grandes ricos, de los dueños de todo, de los que saquean nuestros recursos naturales y trafican con todo desde personas hasta armas, drogas e influencias. Es un gobierno que sirve a las mafias aliadas al capital trasnacional, también mafioso.
Desde allí operan por dentro y por fuera de la ley grandes intereses económicos y políticos, en un entramado múltiple de lazos familiares, de compadrazgo, de arreglos de conveniencia, secretos, pactos, complicidades, bendecidos por la cúpula de poder de la Iglesia católica y una certeza que los identifica: pertenecer a un grupo definido al que son leales, conscientes de ser Ellos quienes tienen el poder y la riqueza repartida entre sus manos.
Para Nosotros la violencia (la visible y la aparentemente invisible) se traduce en un constante peligro de muerte, debido por un lado, a la intensificación de los conflictos que el saqueo mafioso genera para obtener mayores ganancias, y por otro de manera cotidiana por las condiciones de pobreza y miseria que reduce la vida a una lucha por la supervivencia y al andar diario por un estrecho pasillo de 60 pesos por familia; se vive al día y no hay posibilidad de progreso. Vivimos en amenaza de muerte al tener acceso restringido a la alimentación, a la salud, a los servicios, a los derechos y a conocer la justicia. Como así son las cosas, nos toca perder y como nos habíamos resignado, dejamos de sentir la violencia de no poder vivir bien. En ese sentido también Nosotros volvimos "normal" la violencia; violento no es solo lo que muestran los muertos, violento es también lo que ocultamos los vivos.
La sociedad mexicana, como podemos ver, está divida en dos: Ellos y Nosotros, Ellos ricos y Nosotros pobres, cuyos mundos y realidades son totalmente opuestos pero existen y se desarrollan al mismo tiempo; es la historia que Ellos difunden como la evolución de un solo proyecto al que discursivamente pertenecemos “por igual y al mismo nivel” todos los mexicanos. Ellos aplauden los discursos del gobierno en los que se alude al avance y bienestar en México, pues los confirman en su nivel de vida que constantemente mejora (mejor alimentación, vestido, educación, salud, bienes muebles e inmuebles, lujos, vacaciones y descanso, etc.); sólo en su cerrado círculo el progreso es realidad.
Ellos acumulan riqueza por todos los medios, unos por la vía legal-permisible y otros de forma ilegal-criminal; ambos son lo mismo, pues siempre tienen la posibilidad (al ser Ellos quienes legislan) de transformar lo ilegal en ley y viceversa; en realidad no son extrañas las revelaciones de que la mayoría de las veces quienes viven para acumular riqueza no distinguen en sus círculos entre quienes “respetan las leyes” y entre quienes no lo hacen. Lo que pasa es que unos ocupan cargos dentro de las instituciones del Estado y pueden, desde dentro, operar en su favor y ser “muy legales”. Los intereses políticos y económicos son dos frentes de una misma estrategia que viene fundida y defendida por la violencia. El gobierno mexicano se sostiene con el uso legal e ilegal de la violencia directa e indirecta, estructural y cultural, que lo construyen como salvaguarda de una suerte de "demonio" engendrada por sí mismo.
Quienes encabezan al Estado sostienen discursivamente que procuran alcanzar “la paz perpetua y el bienestar” en un futuro (que nunca llegará de ese modo), y por tal fin justifican su propio ejercicio de la violencia destructiva. Esta utopía de la paz estatal, construye el argumento de legitimidad de la muerte en el presente. El peligro de muerte que Nosotros vivimos es producto del enfrentamiento de grupos de poder económico que luchan por el poder político. Su manera de actuar dentro del aparato estatal despersonaliza decisiones que repercuten en la vida de personas concretas; la decisión burocrática agranda la distancia entre el funcionario y la gente de a pie, manejando públicamente la ficción de que “hacen política” con base en “el bien común”, aunque la comunidad esté excluida, en todos los sentidos, de dicha actividad.
Que “el mundo de la política siempre sinónimo de corrupción e injusticia” es una afirmación común que sintetiza el sentir generalizado y que la estructura estatal y sus funcionarios se encargan día a día de renovar; sin embargo la actividad política debe construirse con otro sentido, considerándola como la capacidad de todos para decidir de manera real y directa sobre los asuntos de la vida en sociedad, así como de fundar y de alterar la legalidad que rige la convivencia humana en pos del bienestar colectivo; la socialidad no debe existir para someter de una vez y para siempre, sino constituirse como la organización a la que se le puede dar forma a través de las decisiones de todos los integrantes. La organización, la instrucción y la disciplina son armas eficaces y hasta ahora son Ellos los que han sabido aprovecharlas. ¿Qué es lo que hace que siendo Ellos tan pocos, puedan someter a tantos Nosotros? Una de las respuestas más certeras es el uso exclusivo que Ellos hacen de “la fuerza del Estado”; sin embargo, que Ellos sean los que poseen el monopolio total y definitivo del uso de la violencia y la ejerzan “solo cuando es justo y necesario” en aras del “bien para todos” es una mentira que nos hemos propuesto derrumbar.
Por paradójico que parezca, la historia de la humanidad demuestra que, para generar las condiciones humanas de existencia, se necesita en ciertos momentos ejercer la violencia como una adecuación social que hace permisible terminar con ciertas formas de vida para generar otras. La violencia destructiva, como la que ejerce el gobierno, sólo concibe destruir sin construir algo superior y distinto que constituya verdaderamente un estado mejor de vida y no sólo para unos pocos. La violencia es constructiva cuando es rebeldía frente a la amenaza de muerte, cuando enfrenta a la muerte personificada por quienes nos someten a la miseria. La violencia, al tener rostro de muerte, nos es presentada como injustificable, sobre todo si atenta contra el poder establecido.
El discurso gubernamental la repudia e invita a preservar el orden, o protestar dentro de los marcos institucionales que no operan de acuerdo al fin para el que fueron creados, como un recurso que le queda para seguir operando bajo la cara de “la legalidad” y “la democracia”, presentándose como el resultado histórico de las luchas del pasado. Así, lo violento es presentado como lo anti-estatal; la única política permitida es la actividad esencialmente no-política, acompañada de la resignación. La violencia cultural es la más sofisticada porque guarda al Estado bajo un marco de “aceptabilidad” y muestra a los enemigos de quienes lo comandan, o sea, a los que luchan contra el mal gobierno, como enemigos de toda la sociedad.
Pero ¿este gobierno mafioso es el único viable en nuestro país? Sabemos que no, otro México es posible y lo tenemos que construir Nosotros los de abajo, desde las organizaciones obreras, campesinas, ecologistas, de colonos, de víctimas de la delincuencia y crímenes del ejército y policías. Nos toca a nosotros, al pueblo mexicano organizado de diferentes formas y recurriendo a todos los medios, armados y no armados, ir construyendo con nuestra rebeldía organizada, un nuevo México en el que todos podamos ser y vivir con dignidad.
El ejercicio de la violencia es para Nosotros un recurso ineludible, pero necesita de un proyecto en el que su uso sea solamente un medio necesario; el proyecto no puede reducirse a destruir otro. Nuestro proyecto es recuperar lo que la vileza de los poderosos nos arrebata, y es nuestra condición humana; nuestro proyecto es de rehumanización de todos los que no formamos parte de su selecto círculo, a diferencia de Ellos que sólo buscan su propio beneficio. Pensar y hacer política pasa por evaluar las condiciones de existencia, nuestras relaciones sociales e inter-personales, transformarlas en cada acto y hacerse cargo de la vida pública. El Estado construye toda disidencia como el enemigo exterminable, todo en el mismo cajón de la criminalidad, y con ello impide que se desarrollen formas organizativas que resuelvan nuestras necesidades y satisfagan nuestras expectativas y legítimas demandas. Hay un punto en el que no se puede hacer nada y las reglas del juego, a las que Ellos mismos no se atienen, nos son aplicadas con toda la violencia estatal-destructiva. La existencia de Ellos como minoría poderosa y dominante y sus formas de operar persistirán sólo en la medida en que Nosotros lo hagamos aceptable.
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Primera de tres.
Los clásicos no establecieron ningún principio que prohibiera matar, fueron los más compasivos de todos los hombres, pero veían ante sí enemigos de la humanidad que no era posible vencer mediante el convencimiento. Todo el afán de los clásicos estuvo dirigido a la creación de circunstancias en las que el matar ya no sea provechoso para nadie. Lucharon contra la violencia que abusa y contra la violencia que impide el movimiento. No vacilaron en oponer violencia a la violencia.
Bertolt Brecht
En México vivimos inmersos en un clima de creciente violencia destructiva que las mafias del gobierno permiten y fomentan, porque sólo así pueden ocultar la sistemática represión, tratar de controlar el descontento social e impedir, por el momento, que se generalice la lucha popular. Las formas de la violencia son cada vez más crueles y abominables; el conflicto no sólo ha dejado decenas de miles de personas muertas, sino terror e incertidumbre entre los vivos. La distancia entre el discurso de gobierno y las prácticas corruptas que lo caracterizan son una clara muestra de que los más altos funcionarios y las instituciones del Estado mexicano están coludidos con el crimen contra quien dicen estar luchando.
Esta contradicción inicial desata una cadena ininterrumpida de mentiras difundidas ampliamente por los medios de comunicación con los que están coludidos; esta difusión forma parte de la violencia cultural que promueve, legitima y justifica la violencia directa que el gobierno sostiene, así como de la violencia del hambre, del desempleo, de la migración, de la delincuencia infantil y juvenil, de la trata de blancas. En fin, de esa violencia silenciosa que obliga a gritar ¡Ya Basta!
Vemos día a día la impunidad militar, los levantones policiales para entregar víctimas al narco y la convivencia evidente entre presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados, jueces, generales y jefes policiacos con los grandes capos, incluso, es posible afirmar que la alta burocracia y los sectores reaccionarios de la clase política, son quienes forman parte de las mafias más criminales en nuestro país. La “guerra” que el gobierno dice sostener en aras de la paz, no combate la raíz del problema ni a los verdaderos delincuentes, los de cuello blanco, que con base en fobaproas, rescates empresariales, privatizaciones (concesiones de carreteras, contratos secretos del petróleo, de fibra óptica y otros recursos naturales) se enriquecen y adquieren la facultad de poner y quitar gobiernos.
Sin embargo la violencia más sofisticada, la que a diario nos golpea y quizá la que menos reconocemos como violencia, es la que parece no venir de ninguna persona; es la violencia estructural “invisible” presentada siempre como "estragos", "golpes" o “crisis internacionales” que parecen nunca terminar para Nosotros pueblo y que nos son presentadas como “avances”. El duopolio televisivo y los gobernantes quieren que creamos en los “avances” y en la “modernidad” mientras hay más despidos, menos oportunidades de encontrar empleos productivos y un salario que cada día vale menos. Esa “modernidad” no es con la que soñamos ni la que queremos heredar a nuestros hijos.
La pobreza, para muchos la miseria, es una constante amenaza de muerte y es mucho más poderosa que todos los grupos de sicarios juntos; la vida es reducida a su condición de supervivencia sin ninguna posibilidad de un desarrollo auténticamente humano. Estas condiciones acercan a millones de personas más a la muerte que a la vida y frente a este peligro (del que Ellos, los grupos privilegiados, se benefician funcionalizando la pobreza al máximo) no se encontrarán soluciones concretas a menos que lo hagamos Nosotros.
Así, la violencia visible-directa, la invisible-estructural (de la que parece no haber ningún responsable) y la cultural, son promovidas y sustentadas por los gobiernos; éstos, no son la representación política de todos los mexicanos, sino quienes velan por los intereses de una restringida porción de la población, que privilegian especialmente a un restringido número de familias que encabezan el control del poder, la clase privilegiada, que se hace carne y hueso en un entramado altamente sofisticado y eficiente de grupos y personajes clave, que con una planeación meticulosa y una larga carrera, se siguen colocando en posiciones estratégicas para continuar beneficiándose a costa de todo un país. El gobierno es mafioso porque protege los intereses de los grandes ricos, de los dueños de todo, de los que saquean nuestros recursos naturales y trafican con todo desde personas hasta armas, drogas e influencias. Es un gobierno que sirve a las mafias aliadas al capital trasnacional, también mafioso.
Desde allí operan por dentro y por fuera de la ley grandes intereses económicos y políticos, en un entramado múltiple de lazos familiares, de compadrazgo, de arreglos de conveniencia, secretos, pactos, complicidades, bendecidos por la cúpula de poder de la Iglesia católica y una certeza que los identifica: pertenecer a un grupo definido al que son leales, conscientes de ser Ellos quienes tienen el poder y la riqueza repartida entre sus manos.
Para Nosotros la violencia (la visible y la aparentemente invisible) se traduce en un constante peligro de muerte, debido por un lado, a la intensificación de los conflictos que el saqueo mafioso genera para obtener mayores ganancias, y por otro de manera cotidiana por las condiciones de pobreza y miseria que reduce la vida a una lucha por la supervivencia y al andar diario por un estrecho pasillo de 60 pesos por familia; se vive al día y no hay posibilidad de progreso. Vivimos en amenaza de muerte al tener acceso restringido a la alimentación, a la salud, a los servicios, a los derechos y a conocer la justicia. Como así son las cosas, nos toca perder y como nos habíamos resignado, dejamos de sentir la violencia de no poder vivir bien. En ese sentido también Nosotros volvimos "normal" la violencia; violento no es solo lo que muestran los muertos, violento es también lo que ocultamos los vivos.
La sociedad mexicana, como podemos ver, está divida en dos: Ellos y Nosotros, Ellos ricos y Nosotros pobres, cuyos mundos y realidades son totalmente opuestos pero existen y se desarrollan al mismo tiempo; es la historia que Ellos difunden como la evolución de un solo proyecto al que discursivamente pertenecemos “por igual y al mismo nivel” todos los mexicanos. Ellos aplauden los discursos del gobierno en los que se alude al avance y bienestar en México, pues los confirman en su nivel de vida que constantemente mejora (mejor alimentación, vestido, educación, salud, bienes muebles e inmuebles, lujos, vacaciones y descanso, etc.); sólo en su cerrado círculo el progreso es realidad.
Ellos acumulan riqueza por todos los medios, unos por la vía legal-permisible y otros de forma ilegal-criminal; ambos son lo mismo, pues siempre tienen la posibilidad (al ser Ellos quienes legislan) de transformar lo ilegal en ley y viceversa; en realidad no son extrañas las revelaciones de que la mayoría de las veces quienes viven para acumular riqueza no distinguen en sus círculos entre quienes “respetan las leyes” y entre quienes no lo hacen. Lo que pasa es que unos ocupan cargos dentro de las instituciones del Estado y pueden, desde dentro, operar en su favor y ser “muy legales”. Los intereses políticos y económicos son dos frentes de una misma estrategia que viene fundida y defendida por la violencia. El gobierno mexicano se sostiene con el uso legal e ilegal de la violencia directa e indirecta, estructural y cultural, que lo construyen como salvaguarda de una suerte de "demonio" engendrada por sí mismo.
Quienes encabezan al Estado sostienen discursivamente que procuran alcanzar “la paz perpetua y el bienestar” en un futuro (que nunca llegará de ese modo), y por tal fin justifican su propio ejercicio de la violencia destructiva. Esta utopía de la paz estatal, construye el argumento de legitimidad de la muerte en el presente. El peligro de muerte que Nosotros vivimos es producto del enfrentamiento de grupos de poder económico que luchan por el poder político. Su manera de actuar dentro del aparato estatal despersonaliza decisiones que repercuten en la vida de personas concretas; la decisión burocrática agranda la distancia entre el funcionario y la gente de a pie, manejando públicamente la ficción de que “hacen política” con base en “el bien común”, aunque la comunidad esté excluida, en todos los sentidos, de dicha actividad.
Que “el mundo de la política siempre sinónimo de corrupción e injusticia” es una afirmación común que sintetiza el sentir generalizado y que la estructura estatal y sus funcionarios se encargan día a día de renovar; sin embargo la actividad política debe construirse con otro sentido, considerándola como la capacidad de todos para decidir de manera real y directa sobre los asuntos de la vida en sociedad, así como de fundar y de alterar la legalidad que rige la convivencia humana en pos del bienestar colectivo; la socialidad no debe existir para someter de una vez y para siempre, sino constituirse como la organización a la que se le puede dar forma a través de las decisiones de todos los integrantes. La organización, la instrucción y la disciplina son armas eficaces y hasta ahora son Ellos los que han sabido aprovecharlas. ¿Qué es lo que hace que siendo Ellos tan pocos, puedan someter a tantos Nosotros? Una de las respuestas más certeras es el uso exclusivo que Ellos hacen de “la fuerza del Estado”; sin embargo, que Ellos sean los que poseen el monopolio total y definitivo del uso de la violencia y la ejerzan “solo cuando es justo y necesario” en aras del “bien para todos” es una mentira que nos hemos propuesto derrumbar.
Por paradójico que parezca, la historia de la humanidad demuestra que, para generar las condiciones humanas de existencia, se necesita en ciertos momentos ejercer la violencia como una adecuación social que hace permisible terminar con ciertas formas de vida para generar otras. La violencia destructiva, como la que ejerce el gobierno, sólo concibe destruir sin construir algo superior y distinto que constituya verdaderamente un estado mejor de vida y no sólo para unos pocos. La violencia es constructiva cuando es rebeldía frente a la amenaza de muerte, cuando enfrenta a la muerte personificada por quienes nos someten a la miseria. La violencia, al tener rostro de muerte, nos es presentada como injustificable, sobre todo si atenta contra el poder establecido.
El discurso gubernamental la repudia e invita a preservar el orden, o protestar dentro de los marcos institucionales que no operan de acuerdo al fin para el que fueron creados, como un recurso que le queda para seguir operando bajo la cara de “la legalidad” y “la democracia”, presentándose como el resultado histórico de las luchas del pasado. Así, lo violento es presentado como lo anti-estatal; la única política permitida es la actividad esencialmente no-política, acompañada de la resignación. La violencia cultural es la más sofisticada porque guarda al Estado bajo un marco de “aceptabilidad” y muestra a los enemigos de quienes lo comandan, o sea, a los que luchan contra el mal gobierno, como enemigos de toda la sociedad.
Pero ¿este gobierno mafioso es el único viable en nuestro país? Sabemos que no, otro México es posible y lo tenemos que construir Nosotros los de abajo, desde las organizaciones obreras, campesinas, ecologistas, de colonos, de víctimas de la delincuencia y crímenes del ejército y policías. Nos toca a nosotros, al pueblo mexicano organizado de diferentes formas y recurriendo a todos los medios, armados y no armados, ir construyendo con nuestra rebeldía organizada, un nuevo México en el que todos podamos ser y vivir con dignidad.
El ejercicio de la violencia es para Nosotros un recurso ineludible, pero necesita de un proyecto en el que su uso sea solamente un medio necesario; el proyecto no puede reducirse a destruir otro. Nuestro proyecto es recuperar lo que la vileza de los poderosos nos arrebata, y es nuestra condición humana; nuestro proyecto es de rehumanización de todos los que no formamos parte de su selecto círculo, a diferencia de Ellos que sólo buscan su propio beneficio. Pensar y hacer política pasa por evaluar las condiciones de existencia, nuestras relaciones sociales e inter-personales, transformarlas en cada acto y hacerse cargo de la vida pública. El Estado construye toda disidencia como el enemigo exterminable, todo en el mismo cajón de la criminalidad, y con ello impide que se desarrollen formas organizativas que resuelvan nuestras necesidades y satisfagan nuestras expectativas y legítimas demandas. Hay un punto en el que no se puede hacer nada y las reglas del juego, a las que Ellos mismos no se atienen, nos son aplicadas con toda la violencia estatal-destructiva. La existencia de Ellos como minoría poderosa y dominante y sus formas de operar persistirán sólo en la medida en que Nosotros lo hagamos aceptable.
Fraternalmente:
RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL
¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDON NI OLVIDO!
Invierno de 2010.
Astillero: ApocaLipe Now
Astillero
Julio Hernández López
El licenciado Calderón parece plenamente rebasado. Frente a problemas cada vez más graves, apenas atina a valerse de recursos gastados, como las declaraciones demagógicas sabidamente encaminadas al incumplimiento, el abuso de los medios de comunicación para aparentar que algo medianamente aceptable está haciendo y la espera del paso del tiempo como mecanismo de sustitución de un escándalo de negligencia o corrupción por otro u otros ante los que repetirá la rutina inútil. Felipe no está generando nada importante, inteligente o novedoso para enfrentar la crisis que se está expresando en múltiples escenarios y de diversas maneras. Su gabinete es una colección de nulidades mediocres, sus políticas públicas parecen pasar solamente por las aduanas de la corrupción y la ineficacia, y su interpretación de la realidad parece estar sujeta siempre a condiciones nebulosas, a visceralidades y complejos, a una suerte de bandolerismo de alta burocracia. →→Leer más
- ApocaLipe now
- Diciembre negro
- Elite bandolera
- Marisela, mensajes
- Diego, ¿guerrilla?
Julio Hernández López
El licenciado Calderón parece plenamente rebasado. Frente a problemas cada vez más graves, apenas atina a valerse de recursos gastados, como las declaraciones demagógicas sabidamente encaminadas al incumplimiento, el abuso de los medios de comunicación para aparentar que algo medianamente aceptable está haciendo y la espera del paso del tiempo como mecanismo de sustitución de un escándalo de negligencia o corrupción por otro u otros ante los que repetirá la rutina inútil. Felipe no está generando nada importante, inteligente o novedoso para enfrentar la crisis que se está expresando en múltiples escenarios y de diversas maneras. Su gabinete es una colección de nulidades mediocres, sus políticas públicas parecen pasar solamente por las aduanas de la corrupción y la ineficacia, y su interpretación de la realidad parece estar sujeta siempre a condiciones nebulosas, a visceralidades y complejos, a una suerte de bandolerismo de alta burocracia. →→Leer más
diciembre 19, 2010
Wikileaks desmiente campaña contra AMLO
La ayuda médica de Venezuela provocó alarma en México
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 19 de diciembre de 2010, p. 23
La posibilidad de que los mexicanos que se beneficiaron de la llamada Misión Milagro, con la que el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez financió operaciones oftalmológicas a cargo de médicos cubanos a personas pobres en América Latina, llegó a preocupar al gobierno del presidente de México, Felipe Calderón, se desprende de un nuevo cable de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de México que fue difundido ayer por Wikileaks. →→Leer más
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 19 de diciembre de 2010, p. 23
La posibilidad de que los mexicanos que se beneficiaron de la llamada Misión Milagro, con la que el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez financió operaciones oftalmológicas a cargo de médicos cubanos a personas pobres en América Latina, llegó a preocupar al gobierno del presidente de México, Felipe Calderón, se desprende de un nuevo cable de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de México que fue difundido ayer por Wikileaks. →→Leer más
diciembre 17, 2010
Salinas en TV
Salinas en TV
El pasado miércoles 15 de diciembre, en el programa Shalalá trasmitido por el canal 13 de TV Azteca, el espurio de aquella "elección debatida" de 1988, Carlos Salinas de Gortari en una entrevista con Sabina Berman se presentó para hablar de su más reciente libro Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana (Grijalbo, 2010). Durante la entrevista se habló de que en su gobierno se pudieron hacer muchos "cambios drásticos" que el país "requería" debido a que contó con un gabinete que reunió "experiencia, juventud y visión de futuro". O sea, su mandato sexenal fue la perfección total, cero autocrítica.
Él, que en su sexenio acuño la frase "ni los veo ni los oigo" refiriéndose a la oposición, dijo en el programa que él está a favor del debate de las ideas, de dialogar y escuchar la opinión ajena. Deveras que sus mentiras y su cinismo no tienen medida.
La "Dictadura Perfecta" la llamó Vargas Llosa, aquella época priista dorada del presidente omnipotente, el país del "a sus ordenes señor presidente". Pero Salinas, haciéndose el menso cuestionó: ¿Cuándo existió eso?... diciendo sólo que son "estereotipos". Alegó también que "es mejor equivocarse al decidir, que no decidir". ¿De qué habla? ¿del TLC? ¿de Colosio? ¿de Zedillo?
Carlos Salinas el espurio, El Innombrable, no se atreve a mencionar a Andrés Manuel López Obrador por su nombre ("neopopulista", lo llama) y balbucea: "hay otro Innombrable que anda caminando polvaredas por ahí…" y le aclara a la conductora Shalalá que de AMLO no va a hablar.
Negó que él le de consejos a políticos del PRI como Enrique Peña Nieto (se ve a sí mismo como "jefe máximo" de su partido) argumentando que ni él es capaz de darse consejos a sí mismo.
Se dice que el trabajo de un político es poder conducir a una sociedad hacia mundos mejores, de esperanza y de aprovechamiento de las oportunidades. No ha sido el caso de los panistas en los diez años que llevan en el poder ni lo fue el de los priistas en por lo menos los últimos 25 años del pasado siglo XX. México merece un mejor destino.
Las secuelas de Wikileaks
Las secuelas de Wikileaks
Luis Javier Garrido
Los documentos del Departamento de Estado sobre México divulgados por Wikileaks al concluir 2010, que confirman el fracaso total de la “guerra de Calderón” contra el narco, han evidenciado la grave responsabilidad que tiene la “clase política” mexicana de redefinir las políticas generales del Estado para rescatar al país, de ahí que el gobierno de facto y los medios busquen minimizar y mistificar su contenido, y que la única reacción acorde a la gravedad de lo que está aconteciendo en México venga desde la sociedad.
1. La reacción tardía y carente de dignidad de Felipe Calderón ante el escándalo, ajena por completo a la tradición diplomática mexicana, mostrando una tibia inquietud por la divulgación de documentos que lo comprometen, evidencia de nuevo su sumisión a Washington. Tras de que el presidente Barack Obama lo llamó, como a otros jefes de Estado, el sábado 11, para deplorar no el trato que le dan en los documentos los oficiales de su gobierno, sino las que calificó como “deplorables” filtraciones, y subrayar que el asunto no daña los nexos “con México”, Calderón aguardó otros dos días para hacer saber que en esa charla él refrendó que a su entender esos documentos deberían haber permanecido por siempre secretos, doblando así de nuevo la cerviz.
2. Los documentos del Departamento de Estado, no se puede desconocer, no hablan únicamente de un gobernante carente de dignidad, que se muestra “cobarde”, “sumiso” e “inepto” en sus relaciones con Washington, como hasta ahora han pretendido los medios, o que en el peor de los casos no tiene más culpa que la de haber instaurado una guerra para amedrentar al pueblo, tratar de legitimarse por la vía del autoritarismo y propiciar con el escenario creado que las multinacionales de las que es cómplice se adueñen de los recursos estratégicos del país, sino de haber instaurado políticas que han llevado –por la barbarie y destrucción que deliberadamente han generado– a una verdadera destrucción de México como un Estado independiente para tornarlo en un “Estado fallido” como lo exige el proyecto de Washington.
3. Las filtraciones de Wikileaks muestran también cómo Felipe Calderón al llevar a las fuerzas armadas mexicanas a desempeñar funciones que tienen prohibidas por la Constitución General de la República y subordinarlas a agencias estadunidenses, no nada más quebrantó el orden constitucional, atentó contra la soberanía nacional y comprometió la paz social de México, sino que ha abierto una crisis institucional. El reclamo airado del Ejército es ahora por la nula defensa que hizo de éste ante las acusaciones que, según las filtraciones, se le hacen desde Washington de ineptitud y corrupción (Milenio Diario del 16 de diciembre).
Luis Javier Garrido
Los documentos del Departamento de Estado sobre México divulgados por Wikileaks al concluir 2010, que confirman el fracaso total de la “guerra de Calderón” contra el narco, han evidenciado la grave responsabilidad que tiene la “clase política” mexicana de redefinir las políticas generales del Estado para rescatar al país, de ahí que el gobierno de facto y los medios busquen minimizar y mistificar su contenido, y que la única reacción acorde a la gravedad de lo que está aconteciendo en México venga desde la sociedad.
1. La reacción tardía y carente de dignidad de Felipe Calderón ante el escándalo, ajena por completo a la tradición diplomática mexicana, mostrando una tibia inquietud por la divulgación de documentos que lo comprometen, evidencia de nuevo su sumisión a Washington. Tras de que el presidente Barack Obama lo llamó, como a otros jefes de Estado, el sábado 11, para deplorar no el trato que le dan en los documentos los oficiales de su gobierno, sino las que calificó como “deplorables” filtraciones, y subrayar que el asunto no daña los nexos “con México”, Calderón aguardó otros dos días para hacer saber que en esa charla él refrendó que a su entender esos documentos deberían haber permanecido por siempre secretos, doblando así de nuevo la cerviz.
2. Los documentos del Departamento de Estado, no se puede desconocer, no hablan únicamente de un gobernante carente de dignidad, que se muestra “cobarde”, “sumiso” e “inepto” en sus relaciones con Washington, como hasta ahora han pretendido los medios, o que en el peor de los casos no tiene más culpa que la de haber instaurado una guerra para amedrentar al pueblo, tratar de legitimarse por la vía del autoritarismo y propiciar con el escenario creado que las multinacionales de las que es cómplice se adueñen de los recursos estratégicos del país, sino de haber instaurado políticas que han llevado –por la barbarie y destrucción que deliberadamente han generado– a una verdadera destrucción de México como un Estado independiente para tornarlo en un “Estado fallido” como lo exige el proyecto de Washington.
3. Las filtraciones de Wikileaks muestran también cómo Felipe Calderón al llevar a las fuerzas armadas mexicanas a desempeñar funciones que tienen prohibidas por la Constitución General de la República y subordinarlas a agencias estadunidenses, no nada más quebrantó el orden constitucional, atentó contra la soberanía nacional y comprometió la paz social de México, sino que ha abierto una crisis institucional. El reclamo airado del Ejército es ahora por la nula defensa que hizo de éste ante las acusaciones que, según las filtraciones, se le hacen desde Washington de ineptitud y corrupción (Milenio Diario del 16 de diciembre).
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4. 2010 se termina por eso con los reclamos provenientes de todos los rincones de México exigiendo que termine la barbarie de Calderón, que éste sin embargo está empeñado en prolongar para propiciar que el Partido Acción Nacional yunquizado siga siendo por seis años más el artífice de esa transición de México de una república a un protectorado.
5. El PRI ha quedado en tanto a la deriva ante la situación crítica, pues a lo largo de los pasados cuatro años avaló todas las acciones de la seudo “guerra de Calderón” contra el narco, el propio gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto se solidarizó con ella en diversas ocasiones, y de manera tácita en todo momento los priístas aceptaron la sumisión a Washington de los panistas y las acciones intervencionistas de las agencias estadunidenses, y aunque ahora diputados y senadores no desaprovechan momento para condenar la barbarie calderonista, como lo han hecho tras los ataques desquiciados de la PF a Apatzingán y otras poblaciones de Michoacán a mediados de diciembre, no tienen una contrapropuesta.
6. La tesis tardía de Carlos Salinas de Gortari pretendiendo ahora defender la soberanía nacional, criticando el aval del gobierno de Fox a la invasión estadunidense de Irak –“país productor de petróleo”–, y asumiendo que el PRI tiene políticas económicas e internacionales diferentes de las del PAN, misma que sostiene en su libro Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana (Grijalbo, 2010), no es creíble ni para los mismos priístas, cuyos cuadros dirigentes van todos en picada por el tobogán del neoliberalismo y han perdido como los panistas la noción de lo que es la nación, por lo que sólo evidencia su desquiciamiento por erigirse como el nuevo “jefe máximo” de su partido.
7. El principal responsable de haber uncido a México al TLC o NAFTA y de haber instaurado las políticas que han llevado al desmantelamiento de la nación y a la destrucción del Estado mexicano, tiene razón cuando culpa a Fox de haber apoyado la invasión a Irak, como lo hizo al polemizar con el ex canciller foxista Jorge G. Castañeda (Milenio Diario de los días 13 y 14 de diciembre). México avaló la invasión de Bush en 2003, por más que Castañeda renunciara entonces para no tener que enfrentar las consecuencias de las políticas que había urdido, que Fox se hiciera operar el día que creyó se iba a votar la guerra en el Consejo de Seguridad y que el embajador Adolfo Aguilar Zinser haya desplegado poco después una mentirosa campaña de propaganda para ocultar que él votó ignominiosamente en el Consejo de Seguridad ese 16 de octubre de 2003 el respaldo a la invasión y todas las vergonzosas decisiones ulteriores.
8. No tiene la razón Salinas, sin embargo, cuando pretende que él es ajeno a la llegada ilegítima de Felipe Calderón a la Presidencia en 2006 por medio de un fraude al pueblo de México, del cual él fue uno de los artífices, ni cuando se olvida que él es el jefe de uno de los grupos de mafiosos que lucran ilegalmente en México con contratos de energía (lo que él critica en Irak), ni mucho menos cuando pretende escamotear su corresponsabilidad y la de los priístas, de los cuales funge como guía, en las políticas de complicidad del gobierno panista con los halcones del Pentágono, de las cuales da cuenta Wikileaks, para llevar a México a una “colombianización” y tornar a nuestro país en un “Estado fallido”.
9. Los priístas, en todo caso, están sólo ansiosos por alcanzar el respaldo de Washington para su pretendido “retorno”, como lo evidenció de manera patética la ex canciller Rosario Green, miembro prominente del Institucional, durante una entrevista con la CNN el miércoles 16, en la cual evidenció una vez más el deterioro absoluto de la “clase política” mexicana, al hacer varios reclamos a Washington para terminar implorando la ayuda de la administración de Obama para que México pueda “combatir el narcotráfico”.
10. Las secuelas de las filtraciones de Wikileaks están a la vista, y mientras que para el gobierno panista y los grupos oligárquicos nada va a cambiar, para la mayoría de los mexicanos debe terminar la injerencia extranjera en nuestro territorio y tiene que ponerse un fin a la militarización y a las políticas demenciales de Felipe Calderón para que el país retorne a la legalidad y a la razón.
4. 2010 se termina por eso con los reclamos provenientes de todos los rincones de México exigiendo que termine la barbarie de Calderón, que éste sin embargo está empeñado en prolongar para propiciar que el Partido Acción Nacional yunquizado siga siendo por seis años más el artífice de esa transición de México de una república a un protectorado.
5. El PRI ha quedado en tanto a la deriva ante la situación crítica, pues a lo largo de los pasados cuatro años avaló todas las acciones de la seudo “guerra de Calderón” contra el narco, el propio gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto se solidarizó con ella en diversas ocasiones, y de manera tácita en todo momento los priístas aceptaron la sumisión a Washington de los panistas y las acciones intervencionistas de las agencias estadunidenses, y aunque ahora diputados y senadores no desaprovechan momento para condenar la barbarie calderonista, como lo han hecho tras los ataques desquiciados de la PF a Apatzingán y otras poblaciones de Michoacán a mediados de diciembre, no tienen una contrapropuesta.
6. La tesis tardía de Carlos Salinas de Gortari pretendiendo ahora defender la soberanía nacional, criticando el aval del gobierno de Fox a la invasión estadunidense de Irak –“país productor de petróleo”–, y asumiendo que el PRI tiene políticas económicas e internacionales diferentes de las del PAN, misma que sostiene en su libro Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana (Grijalbo, 2010), no es creíble ni para los mismos priístas, cuyos cuadros dirigentes van todos en picada por el tobogán del neoliberalismo y han perdido como los panistas la noción de lo que es la nación, por lo que sólo evidencia su desquiciamiento por erigirse como el nuevo “jefe máximo” de su partido.
7. El principal responsable de haber uncido a México al TLC o NAFTA y de haber instaurado las políticas que han llevado al desmantelamiento de la nación y a la destrucción del Estado mexicano, tiene razón cuando culpa a Fox de haber apoyado la invasión a Irak, como lo hizo al polemizar con el ex canciller foxista Jorge G. Castañeda (Milenio Diario de los días 13 y 14 de diciembre). México avaló la invasión de Bush en 2003, por más que Castañeda renunciara entonces para no tener que enfrentar las consecuencias de las políticas que había urdido, que Fox se hiciera operar el día que creyó se iba a votar la guerra en el Consejo de Seguridad y que el embajador Adolfo Aguilar Zinser haya desplegado poco después una mentirosa campaña de propaganda para ocultar que él votó ignominiosamente en el Consejo de Seguridad ese 16 de octubre de 2003 el respaldo a la invasión y todas las vergonzosas decisiones ulteriores.
8. No tiene la razón Salinas, sin embargo, cuando pretende que él es ajeno a la llegada ilegítima de Felipe Calderón a la Presidencia en 2006 por medio de un fraude al pueblo de México, del cual él fue uno de los artífices, ni cuando se olvida que él es el jefe de uno de los grupos de mafiosos que lucran ilegalmente en México con contratos de energía (lo que él critica en Irak), ni mucho menos cuando pretende escamotear su corresponsabilidad y la de los priístas, de los cuales funge como guía, en las políticas de complicidad del gobierno panista con los halcones del Pentágono, de las cuales da cuenta Wikileaks, para llevar a México a una “colombianización” y tornar a nuestro país en un “Estado fallido”.
9. Los priístas, en todo caso, están sólo ansiosos por alcanzar el respaldo de Washington para su pretendido “retorno”, como lo evidenció de manera patética la ex canciller Rosario Green, miembro prominente del Institucional, durante una entrevista con la CNN el miércoles 16, en la cual evidenció una vez más el deterioro absoluto de la “clase política” mexicana, al hacer varios reclamos a Washington para terminar implorando la ayuda de la administración de Obama para que México pueda “combatir el narcotráfico”.
10. Las secuelas de las filtraciones de Wikileaks están a la vista, y mientras que para el gobierno panista y los grupos oligárquicos nada va a cambiar, para la mayoría de los mexicanos debe terminar la injerencia extranjera en nuestro territorio y tiene que ponerse un fin a la militarización y a las políticas demenciales de Felipe Calderón para que el país retorne a la legalidad y a la razón.
diciembre 14, 2010
diciembre 11, 2010
WIKILEAKS.CH
Aquí es posible leer directamente los cables secretos divulgados por Wikileaks. Esto a pesar de que el sitio web creado por Julian Assange ha sufrido ciber ataques de diferentes agencias de Estados Unidos.
wikileaks.ch
wikileaks.ch
diciembre 10, 2010
Las filtraciones de Wikileaks
Las filtraciones de Wikileaks
Luis Javier Garrido
Los papeles del Departamento de Estado sobre México revelados por Wikileaks abren una crisis política de enormes dimensiones, aunque nadie se atreva por el momento a reconocerlo.
1. La histórica filtración de documentos hecha este diciembre de 2010 por el portal de Wikileaks incluyó un número significativo de documentos sobre México que aún no acaban de ser divulgados plenamente por los medios y que son difíciles de consultar, en particular por la guerra cibernética que el gobierno estadunidense ha desatado en su contra, pero que hasta ahora ponen en grave entredicho al gobierno panista, a la “clase política” mexicana en su conjunto, a las fuerzas armadas y muy en especial a Felipe Calderón, quien aparece en ellos como un individuo que ha atentado contra los intereses fundamentales de México, y que de existir en el país un régimen de derecho, de inmediato sería separado del cargo.
2. Las revelaciones de Wikileaks no hacen más que confirmar en torno a la supuesta “guerra contra el narco” de Calderón lo que durante meses hemos sostenido en esta columna, y en particular que desde los inicios de su gobierno de facto, ansioso de alcanzar una legitimidad y un control material sobre el territorio y la población, el panista pidió a Washington su ayuda e intervención para enfrentar la situación; que la extrema violencia que se manifiesta en el país fue deliberadamente buscada por el gobierno calderonista, bajo la dirección de las agencias de seguridad estadunidense, en la mira de crear un clima de terror en la República, y que la consecuencia de todo esto no es sólo que las fuerzas armadas mexicanas se hayan sometido al control estadunidense, sino que éste asuma que es la única fuerza capaz de enfrentar desde México a los cárteles del narcotráfico, que constituyen una amenaza para sus fronteras.
3. Las filtraciones –de las que dio cuenta La Jornada el 3, 4 y 5 de diciembre– van en buena medida a caracterizar al Ejército Mexicano con señalamientos tanto de funcionarios estadunidenses como de los propios panistas, diciéndose que “es torpe y con aversión al riesgo”, que sus miembros no están capacitados para ejercer tareas policiales domésticas ni mucho menos labores de inteligencia y, lo que es de enorme gravedad, que al no tener posibilidad de actuar en un marco de respeto a los derechos individuales, solicitaron que se expidiera una ley de suspensión de garantías individuales en términos del artículo 29 constitucional, como en 1943, lo que les fue negado, para, siguiendo el ejemplo de la Secretaría de Marina, solicitar sus mandos a los agentes estadunidenses que se les diera una mejor capacitación.
Luis Javier Garrido
Los papeles del Departamento de Estado sobre México revelados por Wikileaks abren una crisis política de enormes dimensiones, aunque nadie se atreva por el momento a reconocerlo.
1. La histórica filtración de documentos hecha este diciembre de 2010 por el portal de Wikileaks incluyó un número significativo de documentos sobre México que aún no acaban de ser divulgados plenamente por los medios y que son difíciles de consultar, en particular por la guerra cibernética que el gobierno estadunidense ha desatado en su contra, pero que hasta ahora ponen en grave entredicho al gobierno panista, a la “clase política” mexicana en su conjunto, a las fuerzas armadas y muy en especial a Felipe Calderón, quien aparece en ellos como un individuo que ha atentado contra los intereses fundamentales de México, y que de existir en el país un régimen de derecho, de inmediato sería separado del cargo.
2. Las revelaciones de Wikileaks no hacen más que confirmar en torno a la supuesta “guerra contra el narco” de Calderón lo que durante meses hemos sostenido en esta columna, y en particular que desde los inicios de su gobierno de facto, ansioso de alcanzar una legitimidad y un control material sobre el territorio y la población, el panista pidió a Washington su ayuda e intervención para enfrentar la situación; que la extrema violencia que se manifiesta en el país fue deliberadamente buscada por el gobierno calderonista, bajo la dirección de las agencias de seguridad estadunidense, en la mira de crear un clima de terror en la República, y que la consecuencia de todo esto no es sólo que las fuerzas armadas mexicanas se hayan sometido al control estadunidense, sino que éste asuma que es la única fuerza capaz de enfrentar desde México a los cárteles del narcotráfico, que constituyen una amenaza para sus fronteras.
3. Las filtraciones –de las que dio cuenta La Jornada el 3, 4 y 5 de diciembre– van en buena medida a caracterizar al Ejército Mexicano con señalamientos tanto de funcionarios estadunidenses como de los propios panistas, diciéndose que “es torpe y con aversión al riesgo”, que sus miembros no están capacitados para ejercer tareas policiales domésticas ni mucho menos labores de inteligencia y, lo que es de enorme gravedad, que al no tener posibilidad de actuar en un marco de respeto a los derechos individuales, solicitaron que se expidiera una ley de suspensión de garantías individuales en términos del artículo 29 constitucional, como en 1943, lo que les fue negado, para, siguiendo el ejemplo de la Secretaría de Marina, solicitar sus mandos a los agentes estadunidenses que se les diera una mejor capacitación.
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4. Los documentos del Departamento de Estado hablan de un sinnúmero de reuniones –entre 2008 y 2010– en las que los funcionarios calderonistas, carentes de cualquier noción de soberanía nacional, se dedicaron a demandar en todos los términos la ayuda de Estados Unidos, a sabiendas de que esta actitud no podía dejar más que una salida. Las revelaciones de estas reuniones bilaterales no conducen más que a demostrar cómo la subordinación del Ejército y de la Marina Nacional a Washington fue buscada de manera deliberada por el gobierno de Felipe Calderón, a sabiendas de que iba a conducir a un escenario en el que el Departamento de Estado asumiera que ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad de nuestro país para controlar la situación, la única seguridad para sus fronteras, desde México, era la que las propias fuerzas estadounidenses le propiciaran.
5. Los documentos muestran, en todo caso, no la falta de dignidad de la diplomacia mexicana, sino la inexistencia misma de una diplomacia mexicana y, sobre todo, el desastre interno del gobierno calderonista de facto que ha hecho perder por completo el rumbo al país. “¿Con quién acuerda Genaro García Luna?”, se preguntaba hace días el diputado Porfirio Muñoz Ledo. “¿Con Felipe Calderón o con Carlos Pascual?” (La Jornada, 4/12/10)
6. La caracterización que hacen los agentes diplomáticos estadunidenses del gobierno de Calderón es, a pesar suyo, en extremo crítica, pues señalan que éste solicitó la ayuda de Washington porque estimó hallarse en peligro de “perder el control” de varias zonas conflictivas, como les reiteró durante más de dos años la Secretaría de Gobernación, reconociendo que “no es eficaz el aparato de inteligencia del gobierno mexicano”, a lo que se agrega otro elemento: “las pugnas en el interior del gobierno de Calderón”, que según los agentes estadunidenses obstaculizaron en estos años toda labor.
7. Las mentiras continuas de Calderón y la descalificación permanente que hizo en estos años de las fuerzas de oposición mexicana ante los agentes estadunidenses son objeto también de múltiples documentos que llevaron a una decisión. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ordenó un informe sobre el perfil sicológico e íntimo de Calderón, sobre sus costumbres y sobre las relaciones y disputas de su grupo cercano.
8. El desconcierto del gobierno panista ante el golpe recibido lo está demostrando su incapacidad de respuesta a pesar del malestar creciente que hay por las revelaciones en las fuerzas armadas y otros sectores. La cancillería se limitó a señalar que son divulgaciones “parciales e inexactas” (La Jornada, 2/12/10) y la Sedena a difundir un texto de “militares retirados” que señalan que el Ejército ha servido a los gobiernos panistas con la misma lealtad que hizo con los del PRI, pero en el que afirman se busca desprestigiar y destruir al Ejército al hacerlo “entrar en competencia desleal con otra fuerza armada”, que es la Marina (Milenio Diario, 8/12/10), todo ello mientras en Los Pinos se están dedicando a buscar que los medios reduzcan y minimicen las informaciones filtradas y den prioridad a hablar de ecología.
9. La reacción más acorde con la gravedad de lo revelado fue la del embajador de Estdos Unidos en México, Carlos Pascual, puesto en una situación comprometida, pues las filtraciones provienen en lo esencial tanto de funcionarios de la embajada como de las múltiples agencias gubernamentales dependientes de él, por lo que al ser entrevistado por Televisa –el miércoles 8– expresó su deseo de que lo acontecido no afecte las relaciones entre los dos países, lo que ya no cabe duda de que no va a ocurrir. Calderón y los panistas, que por su reacción de azoro aparentan desconocer el doble discurso diplomático, van a reaccionar como hasta ahora lo han hecho: con profundo servilismo e indignidad. El problema para Washington se halla en las demás fuerzas políticas, que si tenían alguna duda sobre las dimensiones del desastre en que Calderón y las políticas estadunidenses han hundido a México, ahora tienen que actuar en consecuencia. Y, desde luego, en el pueblo mexicano que no quiere esta guerra impuesta ni este tipo de relaciones con Estados Unidos.
10. La saga de Julian Assange y de Wikileaks sigue evidenciando la dificultad que existe hoy en día para informarse de lo que en realidad acontece. Las revelaciones de este portal abren una nueva época en las relaciones entre los pueblos y el poder económico y político que asfixia al mundo, en particular en América latina y en México constituyen una nueva señal de alerta sobre la naturaleza totalitaria del proyecto que se pretende imponer al continente.
4. Los documentos del Departamento de Estado hablan de un sinnúmero de reuniones –entre 2008 y 2010– en las que los funcionarios calderonistas, carentes de cualquier noción de soberanía nacional, se dedicaron a demandar en todos los términos la ayuda de Estados Unidos, a sabiendas de que esta actitud no podía dejar más que una salida. Las revelaciones de estas reuniones bilaterales no conducen más que a demostrar cómo la subordinación del Ejército y de la Marina Nacional a Washington fue buscada de manera deliberada por el gobierno de Felipe Calderón, a sabiendas de que iba a conducir a un escenario en el que el Departamento de Estado asumiera que ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad de nuestro país para controlar la situación, la única seguridad para sus fronteras, desde México, era la que las propias fuerzas estadounidenses le propiciaran.
5. Los documentos muestran, en todo caso, no la falta de dignidad de la diplomacia mexicana, sino la inexistencia misma de una diplomacia mexicana y, sobre todo, el desastre interno del gobierno calderonista de facto que ha hecho perder por completo el rumbo al país. “¿Con quién acuerda Genaro García Luna?”, se preguntaba hace días el diputado Porfirio Muñoz Ledo. “¿Con Felipe Calderón o con Carlos Pascual?” (La Jornada, 4/12/10)
6. La caracterización que hacen los agentes diplomáticos estadunidenses del gobierno de Calderón es, a pesar suyo, en extremo crítica, pues señalan que éste solicitó la ayuda de Washington porque estimó hallarse en peligro de “perder el control” de varias zonas conflictivas, como les reiteró durante más de dos años la Secretaría de Gobernación, reconociendo que “no es eficaz el aparato de inteligencia del gobierno mexicano”, a lo que se agrega otro elemento: “las pugnas en el interior del gobierno de Calderón”, que según los agentes estadunidenses obstaculizaron en estos años toda labor.
7. Las mentiras continuas de Calderón y la descalificación permanente que hizo en estos años de las fuerzas de oposición mexicana ante los agentes estadunidenses son objeto también de múltiples documentos que llevaron a una decisión. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ordenó un informe sobre el perfil sicológico e íntimo de Calderón, sobre sus costumbres y sobre las relaciones y disputas de su grupo cercano.
8. El desconcierto del gobierno panista ante el golpe recibido lo está demostrando su incapacidad de respuesta a pesar del malestar creciente que hay por las revelaciones en las fuerzas armadas y otros sectores. La cancillería se limitó a señalar que son divulgaciones “parciales e inexactas” (La Jornada, 2/12/10) y la Sedena a difundir un texto de “militares retirados” que señalan que el Ejército ha servido a los gobiernos panistas con la misma lealtad que hizo con los del PRI, pero en el que afirman se busca desprestigiar y destruir al Ejército al hacerlo “entrar en competencia desleal con otra fuerza armada”, que es la Marina (Milenio Diario, 8/12/10), todo ello mientras en Los Pinos se están dedicando a buscar que los medios reduzcan y minimicen las informaciones filtradas y den prioridad a hablar de ecología.
9. La reacción más acorde con la gravedad de lo revelado fue la del embajador de Estdos Unidos en México, Carlos Pascual, puesto en una situación comprometida, pues las filtraciones provienen en lo esencial tanto de funcionarios de la embajada como de las múltiples agencias gubernamentales dependientes de él, por lo que al ser entrevistado por Televisa –el miércoles 8– expresó su deseo de que lo acontecido no afecte las relaciones entre los dos países, lo que ya no cabe duda de que no va a ocurrir. Calderón y los panistas, que por su reacción de azoro aparentan desconocer el doble discurso diplomático, van a reaccionar como hasta ahora lo han hecho: con profundo servilismo e indignidad. El problema para Washington se halla en las demás fuerzas políticas, que si tenían alguna duda sobre las dimensiones del desastre en que Calderón y las políticas estadunidenses han hundido a México, ahora tienen que actuar en consecuencia. Y, desde luego, en el pueblo mexicano que no quiere esta guerra impuesta ni este tipo de relaciones con Estados Unidos.
10. La saga de Julian Assange y de Wikileaks sigue evidenciando la dificultad que existe hoy en día para informarse de lo que en realidad acontece. Las revelaciones de este portal abren una nueva época en las relaciones entre los pueblos y el poder económico y político que asfixia al mundo, en particular en América latina y en México constituyen una nueva señal de alerta sobre la naturaleza totalitaria del proyecto que se pretende imponer al continente.
diciembre 07, 2010
diciembre 06, 2010
diciembre 03, 2010
Comunicado: Reta AMLO a Calderón por filtraciones de Wikileaks
Reta AMLO al mitómano de Calderón a demostrar que Hugo Chávez financió la campaña presidencial de la coalición Por el bien de todos
Guanajuato, Guanajuato
Jueves 02 de diciembre de 2010
* No merece tener el cargo de gobernante, porque Calderón carece de honestidad, no tienen principios y miente al pueblo, puntualiza
*Fox promueve la candidatura presidencial del gobernador priista Enrique Peña, porque forma parte de la mafia del poder, aclara
*Que el gobierno espurio aclare quién está detrás del negocio de la importación de las gasolinas, porque en México no se construyen refinerías, demanda
Al subrayar que “los mexicanos vivimos tiempos de canallas y de políticos corruptos”, Andrés Manuel López Obrador llamó a Felipe Calderón “un mitómano”, porque declaró en un cable al gobierno norteamericano que el presidente venezolano, Hugo Chávez, financió la campaña del presiente legítimo de México en el 2006.
Luego de que WikiLeaks revelara los primeros cables clasificados por el gobierno de los Estados Unidos sobre México y sus actores políticos, aseguró que “es una reverenda mentira” lo dicho por el presidente pelele, “da pena que este hombre (Calderón) se ostente como presidente de México, es un mitómano”.
En una entrevista a los reporteros, retó a Felipe Calderón para que pruebe fehacientemente su dicho de que el presidente Chávez financió “nuestra campaña en el 2006”.
Afirmó que es mucho pueblo el de México para tan poco gobierno, para tan pocos gobernantes, que no merecen tener el cargo de gobernante, que carecen de honestidad, que no tienen principios, que mienten al pueblo.
También se refirió a otro cable informativo donde se señala toda la intervención del gobierno norteamericano en México. “Se pone al descubierto que el gobierno de Calderón no defiende la soberanía nacional, que ya el gobierno de Estados Unidos está interviniendo sobre todo en labores de inteligencia que tienen que ver con el combate al crimen organizado”.
Además, explicó que hay una injerencia desmedida y una franca intromisión del embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, en asuntos que solo competen a los mexicanos y “ahora el embajador cuestiona al Ejército Mexicano, es como si nosotros cuestionáramos al Ejército de Estados Unidos”.
Recordó que ya lo había advertido, cuando el embajador norteamericano opinó de que no funcionaba el Ejército y debía retirarlo de Ciudad Juárez, “incluso lo puse en mi twitter que no tenía qué intervenir en asuntos que le corresponden a los mexicanos”.
Mencionó que no se puede gobernar un país como México, si no se tiene autoridad moral, si no se tiene autoridad política, como ocurre en el caso de Calderón. “La grave crisis del país se debe a que gente inmoral, mitómana, corrupta y que desprecia al pueblo han estado en la conducción de los asuntos públicos”, puntualizó.
López Obrador solicitó al gobierno espurio que den a conocer quién está detrás del negocio de comprar refinerías en Estados Unidos, “porque no se justifica el que no se construya las refinerías en México”.
Expuso que deberían de construirse cinco refinerías para dejar de comprar la gasolina en el extranjero, “esto está igual como cuando comenzaron a decir que no se debería de apoyar al campo, porque si hacia falta podríamos comprar afuera el maíz, el arroz y con esa idea se abandonó al campo”. Leer más
Guanajuato, Guanajuato
Jueves 02 de diciembre de 2010
* No merece tener el cargo de gobernante, porque Calderón carece de honestidad, no tienen principios y miente al pueblo, puntualiza
*Fox promueve la candidatura presidencial del gobernador priista Enrique Peña, porque forma parte de la mafia del poder, aclara
*Que el gobierno espurio aclare quién está detrás del negocio de la importación de las gasolinas, porque en México no se construyen refinerías, demanda
Al subrayar que “los mexicanos vivimos tiempos de canallas y de políticos corruptos”, Andrés Manuel López Obrador llamó a Felipe Calderón “un mitómano”, porque declaró en un cable al gobierno norteamericano que el presidente venezolano, Hugo Chávez, financió la campaña del presiente legítimo de México en el 2006.
Luego de que WikiLeaks revelara los primeros cables clasificados por el gobierno de los Estados Unidos sobre México y sus actores políticos, aseguró que “es una reverenda mentira” lo dicho por el presidente pelele, “da pena que este hombre (Calderón) se ostente como presidente de México, es un mitómano”.
En una entrevista a los reporteros, retó a Felipe Calderón para que pruebe fehacientemente su dicho de que el presidente Chávez financió “nuestra campaña en el 2006”.
Afirmó que es mucho pueblo el de México para tan poco gobierno, para tan pocos gobernantes, que no merecen tener el cargo de gobernante, que carecen de honestidad, que no tienen principios, que mienten al pueblo.
También se refirió a otro cable informativo donde se señala toda la intervención del gobierno norteamericano en México. “Se pone al descubierto que el gobierno de Calderón no defiende la soberanía nacional, que ya el gobierno de Estados Unidos está interviniendo sobre todo en labores de inteligencia que tienen que ver con el combate al crimen organizado”.
Además, explicó que hay una injerencia desmedida y una franca intromisión del embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, en asuntos que solo competen a los mexicanos y “ahora el embajador cuestiona al Ejército Mexicano, es como si nosotros cuestionáramos al Ejército de Estados Unidos”.
Recordó que ya lo había advertido, cuando el embajador norteamericano opinó de que no funcionaba el Ejército y debía retirarlo de Ciudad Juárez, “incluso lo puse en mi twitter que no tenía qué intervenir en asuntos que le corresponden a los mexicanos”.
Mencionó que no se puede gobernar un país como México, si no se tiene autoridad moral, si no se tiene autoridad política, como ocurre en el caso de Calderón. “La grave crisis del país se debe a que gente inmoral, mitómana, corrupta y que desprecia al pueblo han estado en la conducción de los asuntos públicos”, puntualizó.
López Obrador solicitó al gobierno espurio que den a conocer quién está detrás del negocio de comprar refinerías en Estados Unidos, “porque no se justifica el que no se construya las refinerías en México”.
Expuso que deberían de construirse cinco refinerías para dejar de comprar la gasolina en el extranjero, “esto está igual como cuando comenzaron a decir que no se debería de apoyar al campo, porque si hacia falta podríamos comprar afuera el maíz, el arroz y con esa idea se abandonó al campo”. Leer más
Video: "Los Señores del Narco" Anabel Hernández con Carmen Aristegui en MVS 102
Anabel Hernández habla acerca de su libro más reciente "Los Señores del Narco"
La agresión
La agresión
Luis Javier Garrido
La descomposición del régimen sigue acentuándose y el ataque que ha emprendido contra la revista Proceso es un nuevo error, de carácter histórico, del gobierno de facto calderonista.
1. La obsesión de Felipe Calderón de dejar a un panista en la silla presidencial en 2012 lo ha llevado a nuevas iniciativas desastrosas, pues tras el fracasado acto partidista del domingo 28 en el Auditorio Nacional para “festejar” 10 años de gobiernos panistas y cuatro de su llegada a Los Pinos, donde por enésima ocasión culpó al PRI del desastre actual –lo que le valió que algunos diputados le exigieran dejar ya el cargo, y su coordinador Francisco Rojas, tras reiterar que con el PAN el país retrocedió en una década perdida por el desempleo, la desigualdad y la inseguridad, lo calificó como un bipolar, que por un lado ataca y por el otro pide ayuda–, ahora arremete de manera violenta contra la libertad de expresión.
2. El ataque contra Proceso por evidenciar las relaciones del crimen organizado, que se dice combatir –desatado el miércoles primero–, no tiene paralelo en México desde la ofensiva del gobierno de Luis Echeverría para destruir el Excélsior de Julio Scherer y constituye un signo preocupante de que la ofensiva panista-fascista contra la libertad de expresión va en serio. En diversos espacios de Televisa se ha insistido en estos dos días en que el periodismo que hacen los reporteros de esta revista, que es uno de los principales espacios de libertad de expresión en México, “se quedó en una mentalidad de hace 30 años”, que el país ha cambiado y que lo que se necesita es, nada menos que un periodismo como el que se hace en Televisa.
3. La publicación en el número 1778 de Proceso de un adelanto del libro de Anabel Hernández Los señores del narco (588 pp., Grijalbo, 2010), en el que se exponen las relaciones del gobierno con El Chapo Guzmán a través del desaparecido Juan Camilo Mouriño, suscitaron una cólera desmesurada en Los Pinos, y se entiende por qué. A lo largo de estos años, y mucho más al acercarse 2012, el gobierno, que ha fracasado estrepitosamente en todos los órdenes, ha hecho de su supuesta “guerra contra el narco” la justificación de todas sus políticas, y a pesar de que muy pocos le creen, sigue pretendiendo que con el baño de sangre en el que ha hundido a muchas regiones busca terminar con el crimen organizado y moralizar al país y no otros propósitos, como se ha insistido desde muchas partes, ni mucho menos que esté en connivencia con algunos cárteles y limitándose a reordenar el mercado bajo el mando estadunidense.
Luis Javier Garrido
La descomposición del régimen sigue acentuándose y el ataque que ha emprendido contra la revista Proceso es un nuevo error, de carácter histórico, del gobierno de facto calderonista.
1. La obsesión de Felipe Calderón de dejar a un panista en la silla presidencial en 2012 lo ha llevado a nuevas iniciativas desastrosas, pues tras el fracasado acto partidista del domingo 28 en el Auditorio Nacional para “festejar” 10 años de gobiernos panistas y cuatro de su llegada a Los Pinos, donde por enésima ocasión culpó al PRI del desastre actual –lo que le valió que algunos diputados le exigieran dejar ya el cargo, y su coordinador Francisco Rojas, tras reiterar que con el PAN el país retrocedió en una década perdida por el desempleo, la desigualdad y la inseguridad, lo calificó como un bipolar, que por un lado ataca y por el otro pide ayuda–, ahora arremete de manera violenta contra la libertad de expresión.
2. El ataque contra Proceso por evidenciar las relaciones del crimen organizado, que se dice combatir –desatado el miércoles primero–, no tiene paralelo en México desde la ofensiva del gobierno de Luis Echeverría para destruir el Excélsior de Julio Scherer y constituye un signo preocupante de que la ofensiva panista-fascista contra la libertad de expresión va en serio. En diversos espacios de Televisa se ha insistido en estos dos días en que el periodismo que hacen los reporteros de esta revista, que es uno de los principales espacios de libertad de expresión en México, “se quedó en una mentalidad de hace 30 años”, que el país ha cambiado y que lo que se necesita es, nada menos que un periodismo como el que se hace en Televisa.
3. La publicación en el número 1778 de Proceso de un adelanto del libro de Anabel Hernández Los señores del narco (588 pp., Grijalbo, 2010), en el que se exponen las relaciones del gobierno con El Chapo Guzmán a través del desaparecido Juan Camilo Mouriño, suscitaron una cólera desmesurada en Los Pinos, y se entiende por qué. A lo largo de estos años, y mucho más al acercarse 2012, el gobierno, que ha fracasado estrepitosamente en todos los órdenes, ha hecho de su supuesta “guerra contra el narco” la justificación de todas sus políticas, y a pesar de que muy pocos le creen, sigue pretendiendo que con el baño de sangre en el que ha hundido a muchas regiones busca terminar con el crimen organizado y moralizar al país y no otros propósitos, como se ha insistido desde muchas partes, ni mucho menos que esté en connivencia con algunos cárteles y limitándose a reordenar el mercado bajo el mando estadunidense.
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4. La supuesta “guerra contra el narco” la inició Calderón en 2007 por órdenes de la administración Bush, creyendo que al militarizar a México adquiriría autoridad –y legitimidad–, y amedrentaría a los movimientos sociales, sin importarle que los halcones del Pentágono lo único que buscaban era subordinar a su mando a los aparatos de seguridad mexicanos, para al mismo tiempo que reorientaban el mercado en un escenario de violencia generalizada, generaban las condiciones para acelerar el desmantelamiento de un Estado fallido y poder intervenir abiertamente.
5. La violenta reacción contra Proceso se inició en El Noticiero, de Joaquín López Dóriga, el miércoles primero con un reportaje de más de 20 minutos sustentado en un video del narcotraficante El Grande, miembro de la organización Beltrán Leyva, detenido por la PGR, quien sin ninguna credibilidad acusó a Ricardo Ravelo, reportero de la revista, de haber recibido de él 50 mil dólares, tras lo cual le habría exigido entregas mensuales para no hablar de sus actividades. Siguió con el programa Tercer Grado, del Canal 2, en donde cinco locutores, coordinados por Leopoldo Gómez (vicepresidente de información), se dedicaron durante 40 minutos a descalificar en términos calumniosos a la revista con base en ese video. Y prosiguió el jueves 2 en todas las emisiones del consorcio y de buena parte de los medios afines al gobierno en un operativo sin precedente en la historia reciente del país.
6. La descalificación a Proceso por López Dóriga y sus colegas se olvidó, sin embargo, de que la nota que suscitó la ira de Los Pinos fue el adelanto de un capítulo de un libro escrito por una periodista ajena a la revista, que en el mismo número de ésta el reportero Ricardo Ravelo advertía que las afirmaciones de los “testigos protegidos” no son confiables pues la mayoría de los declarantes mienten y, sobre todo, que los reportajes de Proceso no se hacen sobre ese tipo de declaraciones (que sí son por el contrario la fuente primaria de la televisión) sino sobre otro tipo de pruebas.
7. La historia periodística de México no registra ningún caso en el que periodistas, sea cual fuere su vinculación con el régimen y con los poderes fácticos, se dedicaran con tanta irresponsabilidad y falta de ética a tratar de descalificar a una publicación de prestigio internacional, y eso es un signo muy grave de lo que está aconteciendo. Proceso, según Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga, Denise Maerker y Adela Micha, “ha hecho de la calumnia su modus vivendi”, realiza “un ejercicio deleznable” del oficio periodístico, es uno más de los muchos pasquines que hay en el país, “se ufana de su relación con narcotraficantes” y “ha llegado a cometer atrocidades”. Los locutores no parecían escucharse en su diatriba insensata pues al referirse instantes después a otro tema y hablar de la persecución delirante que Washington y sus aliados han emprendido contra el editor australiano Julian Assange por la publicación en su portal de WikiLeaks de documentos que exhiben al gobierno estadunidense, pretendían horrorizarse por la que llamaron “persecución estatal” a un medio de información
8. Lo más significativo es que el juicio sumario a Proceso lo llevaron a cabo Joaquín López Dóriga y los locutores de Televisa cuando en el mismo noticiario del día 1º Azcárraga le había brindado una veintena de minutos a Calderón para que pudiera hacer sin cuestionamiento alguno una defensa de su gobierno, que prosiguió ayer, tras la violenta reacción de los priístas a su diatriba del domingo 28, y pretendiera, una vez más, que no existen ya en México, como durante los gobiernos priístas, crisis, corrupción, opacidad y censura. ¿Habrán estos locutores visto alguna vez cómo en otros países la prensa entrevista a los jefes de gobierno?
9. La libertad de prensa no existe en México como una regla sino como una excepción, y ello gracias a la tenacidad de muchos. No hay aquí un régimen de libertad de expresión sino espacios de libertad que han sido conquistados por los periodistas y los lectores tras muchas décadas de lucha. El gobierno sigue subsidiando a los medios, a sus directivos y a los periodistas, y como en el pasado subsisten “el sobre” y el embute, con una prensa que en su mayoría está sometida al poder y no transmite más que el punto de vista del gobierno y de los poderes fácticos. Los reporteros de Tercer Grado se preguntaban el día 1º al finalizar su emisión “¿qué tipo de periodismo queremos para México?”, queriendo ignorar que la respuesta la han dado millones de mexicanos en los últimos años, en particular después de 2006: una prensa que no sea como la de Televisa, que sea libre, honesta e independiente del Estado.
10. La agresión del régimen a Proceso no va a prosperar porque la fuerza de una publicación la constituyen sus lectores y esta revista ha sido, es y seguirá siendo una de las publicaciones indispensables de un México que aspira a la libertad y a la democracia. Durante casi un siglo los gobiernos de la derecha francesa han buscado acabar con Le Canard Enchaîné, el hebdomadario satírico que semana a semana hace denuncias documentadas, y por esa misma razón no lo han logrado. Esta amenaza incalificable lo es, empero, no sólo contra un grupo de periodistas sino contra toda la sociedad y su derecho a la libertad de expresión, y ésta debe tomar nota de ello.
4. La supuesta “guerra contra el narco” la inició Calderón en 2007 por órdenes de la administración Bush, creyendo que al militarizar a México adquiriría autoridad –y legitimidad–, y amedrentaría a los movimientos sociales, sin importarle que los halcones del Pentágono lo único que buscaban era subordinar a su mando a los aparatos de seguridad mexicanos, para al mismo tiempo que reorientaban el mercado en un escenario de violencia generalizada, generaban las condiciones para acelerar el desmantelamiento de un Estado fallido y poder intervenir abiertamente.
5. La violenta reacción contra Proceso se inició en El Noticiero, de Joaquín López Dóriga, el miércoles primero con un reportaje de más de 20 minutos sustentado en un video del narcotraficante El Grande, miembro de la organización Beltrán Leyva, detenido por la PGR, quien sin ninguna credibilidad acusó a Ricardo Ravelo, reportero de la revista, de haber recibido de él 50 mil dólares, tras lo cual le habría exigido entregas mensuales para no hablar de sus actividades. Siguió con el programa Tercer Grado, del Canal 2, en donde cinco locutores, coordinados por Leopoldo Gómez (vicepresidente de información), se dedicaron durante 40 minutos a descalificar en términos calumniosos a la revista con base en ese video. Y prosiguió el jueves 2 en todas las emisiones del consorcio y de buena parte de los medios afines al gobierno en un operativo sin precedente en la historia reciente del país.
6. La descalificación a Proceso por López Dóriga y sus colegas se olvidó, sin embargo, de que la nota que suscitó la ira de Los Pinos fue el adelanto de un capítulo de un libro escrito por una periodista ajena a la revista, que en el mismo número de ésta el reportero Ricardo Ravelo advertía que las afirmaciones de los “testigos protegidos” no son confiables pues la mayoría de los declarantes mienten y, sobre todo, que los reportajes de Proceso no se hacen sobre ese tipo de declaraciones (que sí son por el contrario la fuente primaria de la televisión) sino sobre otro tipo de pruebas.
7. La historia periodística de México no registra ningún caso en el que periodistas, sea cual fuere su vinculación con el régimen y con los poderes fácticos, se dedicaran con tanta irresponsabilidad y falta de ética a tratar de descalificar a una publicación de prestigio internacional, y eso es un signo muy grave de lo que está aconteciendo. Proceso, según Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga, Denise Maerker y Adela Micha, “ha hecho de la calumnia su modus vivendi”, realiza “un ejercicio deleznable” del oficio periodístico, es uno más de los muchos pasquines que hay en el país, “se ufana de su relación con narcotraficantes” y “ha llegado a cometer atrocidades”. Los locutores no parecían escucharse en su diatriba insensata pues al referirse instantes después a otro tema y hablar de la persecución delirante que Washington y sus aliados han emprendido contra el editor australiano Julian Assange por la publicación en su portal de WikiLeaks de documentos que exhiben al gobierno estadunidense, pretendían horrorizarse por la que llamaron “persecución estatal” a un medio de información
8. Lo más significativo es que el juicio sumario a Proceso lo llevaron a cabo Joaquín López Dóriga y los locutores de Televisa cuando en el mismo noticiario del día 1º Azcárraga le había brindado una veintena de minutos a Calderón para que pudiera hacer sin cuestionamiento alguno una defensa de su gobierno, que prosiguió ayer, tras la violenta reacción de los priístas a su diatriba del domingo 28, y pretendiera, una vez más, que no existen ya en México, como durante los gobiernos priístas, crisis, corrupción, opacidad y censura. ¿Habrán estos locutores visto alguna vez cómo en otros países la prensa entrevista a los jefes de gobierno?
9. La libertad de prensa no existe en México como una regla sino como una excepción, y ello gracias a la tenacidad de muchos. No hay aquí un régimen de libertad de expresión sino espacios de libertad que han sido conquistados por los periodistas y los lectores tras muchas décadas de lucha. El gobierno sigue subsidiando a los medios, a sus directivos y a los periodistas, y como en el pasado subsisten “el sobre” y el embute, con una prensa que en su mayoría está sometida al poder y no transmite más que el punto de vista del gobierno y de los poderes fácticos. Los reporteros de Tercer Grado se preguntaban el día 1º al finalizar su emisión “¿qué tipo de periodismo queremos para México?”, queriendo ignorar que la respuesta la han dado millones de mexicanos en los últimos años, en particular después de 2006: una prensa que no sea como la de Televisa, que sea libre, honesta e independiente del Estado.
10. La agresión del régimen a Proceso no va a prosperar porque la fuerza de una publicación la constituyen sus lectores y esta revista ha sido, es y seguirá siendo una de las publicaciones indispensables de un México que aspira a la libertad y a la democracia. Durante casi un siglo los gobiernos de la derecha francesa han buscado acabar con Le Canard Enchaîné, el hebdomadario satírico que semana a semana hace denuncias documentadas, y por esa misma razón no lo han logrado. Esta amenaza incalificable lo es, empero, no sólo contra un grupo de periodistas sino contra toda la sociedad y su derecho a la libertad de expresión, y ésta debe tomar nota de ello.