By rafadro
III.
Tijuana no es Ciudad Gótica, aquí no hay superhéroes que respondan nuestro llamado ni autoridades competentes que atiendan nuestro reclamo. ¿Qué se puede hacer en una ciudad que se devora a sí misma? ¿Escribir un J‘Acusse pos-everything que señale la impunidad criminal, la corrupción policíaca y un Estado rebasado por su ineficacia y falta de estrategias para atacar a una y controlar a la otra? ¿Hacer un recuento de nuestro alicaído sistema de valores y su impacto en la descomposición social, los ideales de la Juventud Desechable y su liga con el consumismo y el desencanto generalizado? ¿Encomendar a Tijuana a algún poder supremo sin importar cuál sea este?
¿Servirá de algo explicar a la ciudadanía las teorías que abordan el miedo como factor de control, las cadenas de oración, la importancia de una vida y el trabajo honesto, la participación política, las marchas solidarias y las protestas puntuales? ¿O haremos de los sinaloenses el blanco perfecto de ataques por “encarnar” en el imaginario fronterizo el mal llamado narco-cultura? Tijuana no era así. Leer más
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