octubre 10, 2008

A LA DERIVA

A la deriva

Luis Javier Garrido

La preocupación sobre el futuro inmediato de México es cada día mayor en todos los sectores, en especial tras el anuncio de Felipe Calderón, el miércoles 8, de que el gobierno de facto tiene un “plan” para enfrentar la crisis, que muy pronto se ha advertido que no es un plan, sino una serie de medidas engañosas que no responden a los intereses de los mexicanos.

1. México tiene, en el momento de mayor desastre social, económico y político del último medio siglo, un gobierno marcado por la corrupción y la ineptitud, que nadie cree que pueda tener la capacidad de enfrentar la peor crisis financiera internacional de los últimos 80 años, la que empieza ya a abatirse sobre un país devastado por las políticas equivocadas y la corrupción de la burocracia gobernante, y el futuro de la administración de Calderón se halla más que nunca en entredicho.

2. El supuesto “plan” del gobierno de facto contra la crisis, que anunciara Calderón acompañado de los secretarios de Hacienda y Economía, y que pretende ampliar el gasto público y reorganizar Pemex (en términos, por cierto, diferentes en apariencia a los propuestos en su iniciativa legal de mayo), no es “insuficiente”, como han dicho algunos analistas, sino inexistente si se atiende a la magnitud del desafío, que supone un quiebre significativo del modelo neoliberal y crea una situación de tal gravedad que requeriría de una reorientación drástica de las políticas generales del Estado con vistas a proteger en lo inmediato el empleo y los ingresos de la gente y a rescatar a mediano plazo a la nación.

3. La propuesta de Calderón, hecha un año después de que Andrés Manuel López Obrador advirtiera de la gestión de la crisis, y que pretende mañosamente tomar algunas de las propuestas de reforma hechas por éste en el Zócalo el día 28 y en su plan hecho público horas atrás, es además en extremo tramposa, pues atrás de su supuesta rectificación en materia petrolera lo que pretende es exactamente lo contrario: aprovechar el momento de confusión para acelerar la apertura al capital trasnacional en la industria petrolera, pues eso es lo que busca con su insistencia en la “autonomía” de Pemex y en la construcción de una nueva refinería supuestamente por el Estado, pero que ya tiene pactada con el capital trasnacional.

4. La gravedad de lo que acontece no escapa a nadie. El país requeriría tener en el gobierno a mexicanos patriotas y capaces, y quienes gobiernan son una banda de rufianes ineptos y entreguistas, además de mentirosos. Sigue leyendo

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