Desfiladero
Jaime Avilés
■ Mermelada con achiote: ya llegaron las nuevas recetas para los pobres
Felipe Calderón anuncia, el miércoles 18, que gracias a un acuerdo entre los industriales y él, hasta el 31 de diciembre no volverán a subir los precios de “más de 150 productos”. Horas más tarde, Los Pinos difunde una lista de sólo “24 productos”, que no podrán aumentar hasta 2009, desglosados en 140 presentaciones, lo que es muy distinto. Se trata de una canasta de mentiras, compuesta por algunas marcas de atún, sardinas, frijoles y chiles en lata; jugos de frutas, de verduras y de soya; café soluble, té, achiote, chilorio, tres tipos de salsas para espagueti, catsup, mermelada de fresa, gelatinas, flan, sopas de camarón y gallina, perejil deshidratado, sal con ajo y pimienta verde y negra.
Calderón subraya: son alimentos de “enorme consumo popular”. Al día siguiente, Banamex lo refuta: esos productos “tienen una baja cobertura de mercado” (en otras palabras, se venden poco) y su efecto será “marginal” o sea, inútil, en la lucha contra la inflación. Además –acotan legisladores del PRI y del PRD, líderes sindicales y agrarios y ese mismo banco– ya fueron retiquetados “varias veces” en lo que va de este año: el aceite de cocina aumentó 32.6 por ciento, el atún y la sardina en lata, 7.5, la mayonesa 6, los chiles procesados 4.6, los purés de tomate, las sopas y los jugos, 3.5 por ciento, y no se esperaba que volvieran a subir antes del primero de enero.
Así que, en realidad, la medida es tan tramposa como si Calderón decretara que la luna es redonda. En los hechos, el “gobierno” ha dejado la vía libre para que se sigan incrementando los precios del maíz, el arroz, el azúcar, la leche en polvo, la harina de trigo, el pan, la tortilla, la carne de res, de cerdo, de pollo, el huevo, el pescado, el queso y, sobre todo, las verduras, que son indispensables para una alimentación balanceada. Sigue leyendo
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