abril 11, 2008

EL SAQUEO

Luis Javier Garrido

El saqueo

Las modificaciones legales en materia de petróleo que Calderón y Mouriño pretenden imponerle a México para despojarlo de su principal riqueza estratégica han tensado a un pueblo que justamente está dispuesto a defender su patrimonio.

1. La contrarreforma legal en materia petrolera, que desde el inicio de su gobierno de facto Felipe Calderón busca imponer al Congreso, pretendiendo abrir una vía metajurídica para entregar la industria petrolera mexicana a los grandes consorcios multinacionales, ha generado un escándalo nacional, pues, como ya se suponía desde antes de conocerla, constituye un acto flagrante de traición a la patria.

2. La iniciativa privatizadora presentada el martes 10 en la Cámara de Senadores por Georgina Kessel, la inepta fanática neoliberal que funge como secretaria de Energía del gobierno de facto, no intenta modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución, pero sí busca transgredirlos expidiendo una Ley Orgánica de Pemex y otra ley de una Comisión del Petróleo, y modificando la Ley Reglamentaria del artículo 27, la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y la Ley de la Comisión Reguladora de Energía, a fin de abrir supuestas vías metajurídicas para entregar la industria petrolera a las multinacionales.

3. La iniciativa de Calderón está fracasando con estrépito, pues por un lado no logró hacer pasar el engaño de que no pretende privatizar el petróleo mexicano y, por el otro, no puede ocultar que es abiertamente violatoria de la Constitución y que el marco seudojurídico en el que se pretende hacer venir a México a las trasnacionales es completamente anticonstitucional e ilegal y no les generaría seguridad jurídica alguna, pues la Suprema Corte no tendría más que darle la razón a quienes lo impugnaran, ya que tiene la responsabilidad indeclinable de velar por la constitucionalidad de las leyes, y lo que se pretende es burdamente darle la vuelta a la Constitución.

4. En la forma todo se ha iniciado mal para el gobierno, pues en su mensaje televisado de 13 minutos un Calderón sudoroso y trémulo no hizo más que hilvanar una sucesión interminable de mentiras, buscando burlarse de los mexicanos al citar a Lázaro Cárdenas, pretendiendo mentirosamente que no hay un afán privatizador en su iniciativa y ofreciendo miles de beneficios imaginarios a los mexicanos si se tolera entregar el tesoro de las aguas profundas a la Shell, a la Exxon Mobil Corporation o a la Repsol-YPF, fue entendido como un nuevo agravio para un pueblo al que Calderón en su estupidez pretendió tratar como ignorante. Sigue leyendo

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