Julio Hernández López / La Jornada
- De tumbo en tumbo
- Cachetada de Uribe
- Tregua: infantilismo
- Incitaciones destempladas
Felipe no entiende lo que está pasando en México y no hace nada inteligente para salir de la gran caldera en que se ha metido. Juega a dejar que el tiempo pase y se encierra en un círculo íntimo que no le aporta más que evasiones. Por ello es que sus propios puntales empresariales, mediáticos y académicos han pasado a la desesperación y presionan para que la parálisis del presunto presidente oficial se convierta en mano dura, en acción ejemplar, en uso de la fuerza pública para reprimir a los disidentes, a los alzados...
Los promotores del nuevo diazordacismo se angustian porque ven crecer la oposición popular al fraude petrolero y creen que la represión es necesaria (bajo tintes de legalismo, desde luego: delincuentes, los que protestan en las calles, no los Fox, Bribiesca, Martita, Mouriño ni la larga lista de saqueadores de la nación; afortunadamente aún hay clases en México, y a esa misma clase pertenecen muchos de los opinadores que piden golpes contra aquellos a los que acusan de golpistas). Leer más
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