marzo 01, 2008

LUIS JAVIER GARRIDO, EL CÁRTEL


Luis Javier Garrido

El cártel

El gobierno de facto de Felipe Calderón no tiene la fuerza política ni la autoridad moral para privatizar el petróleo mexicano, y ante las presiones que recibe del extranjero está recurriendo por todos los medios a intensificar la campaña permanente de corte fascistoide que lleva a cabo con recursos de la nación contra Andrés Manuel López Obrador y el movimiento popular, estrategia que lo único que ha logrado es generarle un mayor descrédito.

1. El mitin convocado por Andrés Manuel López Obrador el domingo 24 frente a la torre de Pemex en defensa de los recursos estratégicos de la nación fue un éxito, tanto por la participación entusiasta de miles de mexicanos como por la definición de un amplio plan de resistencia nacional para oponerse a cualquier intento privatizador, así como por la presentación de evidencias de la connivencia del gobierno calderonista con consorcios extranjeros y, en particular, de los actos de corrupción de Juan Camilo Mouriño, el multimillonario hombre de negocios gallego que funge como titular de Gobernación.

2. La respuesta oficial no se hizo, sin embargo, esperar, y ha sido una campaña fascistoide orquestada desde Bucareli por el propio Mouriño, en la que han participado los Chuchos perredistas y hasta el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, y en la que lejos de discutir las tesis planteadas en el mitin todos han pretendido presentar a algunos partidarios de López Obrador como violentos por el solo hecho de que varios abuchearon a dos participantes en el acto, el diputado Javier González y el senador Carlos Navarrete, señalados por traicionar los principios del partido, lo cual es un derecho legítimo de cualquier militante en cualquier partido, que no se puede ni se debe coartar.

3. Los integrantes de la corriente de los Chuchos pretendiendo descalificar por “violentos” a militantes de base del partido han logrado, sin embargo, lo contrario, al dar muestras de una violencia y una intolerancia inauditas, pues ahora preconizan que no deben existir muestras de disidencia al interior de un partido, hablan de expulsiones, y Navarrete se ha lanzado hasta contra los dibujantes de La Jornada y de El Chamuco (La Jornada, 27 de febrero).

4. La realidad de las cosas es que a pesar de todo el gobierno espurio de Calderón no ha podido presentar su iniciativa de contrarreforma para modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución en materia energética, necesaria para la entrega de los recursos estratégicos de México a las trasnacionales, y ello por la sencilla razón de que: a) no tiene la mayoría calificada de dos tercios que se requiere en las cámaras federales y de que tampoco ha obtenido el respaldo a su felonía de parte de la mayoría de las legislaturas locales, pero sobre todo de que: b) carece del respaldo social necesario para poder ultimar este atentado contra la nación.

5. El empresario español Juan Camilo Mouriño, enriquecido por el tráfico ilícito de influencias precisamente en Pemex, como se documentó ayer al ser publicados los documentos esclarecedores en El Universal (28 de febrero), ha logrado desde la Secretaría de Gobernación organizar un cártel de opositores y enemigos de Andrés Manuel López Obrador, con la mira de poder imponer a Jesús Ortega en la presidencia del PRD, dentro del proyecto oficial para frenar la fuerza del lopezobradorismo y conseguir el respaldo de un sector del perredismo a la privatización disfrazada de los recursos energéticos, pero hasta ahora no ha logrado más que evidenciar aún más el entreguismo de Calderón y de sus colaboradores y hacer ver a los perredistas de Nueva Izquierda como un grupo afín al calderonismo. Sigue leyendo