El gobierno de facto está empeñado en su segundo año en generar un escenario de violencia en el país, sin importarle hundirse cada vez más en la ilegalidad, con tal de poder tender una cortina de humo que le permita aplicar los programas neoliberales que le exigen desde el exterior.
1. La decisión de Los Pinos de “institucionalizar” el papel ilegal que ha venido asumiendo el Ejército Mexicano, forzado por la administración espuria de Felipe Calderón a lanzarse en operativos antinarcóticos en las zonas urbanas a fin de generar un clima de violencia que amedrente a la población, tal y como se decreta en el Programa Sectorial de Defensa Nacional publicado en el Diario Oficial del 24 de enero, anuncia que quienes toman las decisiones en México preparan un escenario de violencia cada vez mayor para lo que resta del sexenio, a fin de poder sacar adelante sus políticas.
2. La pretensión de que el país se halle “militarizado” por lo menos hasta 2012, evidencia que el gobierno espurio se ha asumido como un gobierno de trámite, que en función del objetivo de algunas multinacionales a las que se halla sometido no tiene otro proyecto que el de desmantelar al Estado nacional y dejar a los panistas en el poder en 2012, lo que presupone antes obtener la mayoría en
3. Las acciones del Ejército en 2007 no buscaron como se ha visto disminuir el tráfico de estupefacientes en México ni frenar su consumo aquí o en Estados Unidos, ni mucho menos abatir el poder financiero, político y social de los cárteles de la droga, estrechamente vinculados a los intereses del PAN y del PRI, sino a generar un estado de shock permanente en la población, que amedrente al pueblo e inhiba a los movimientos sociales y le permita al equipo calderonista continuar con sus políticas entreguistas, pero el costo que tienen para el país estas políticas es, sin embargo, muy grave. Sigue leyendo
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