diciembre 03, 2007

CARLOS FAZIO - DE NEOPOLKOS Y COLABORACIONISTAS



Carlos Fazio

De neopolkos y colaboracionistas

La víspera de su viaje a México en marzo pasado, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, insistió en que Felipe Calderón debía “abrir el sector energético” a la inversión privada. En particular se refirió a la expansión de la producción petrolera en aguas profundas del Golfo de México, que, dijo, requiere una millonaria inversión de capital. Junto con la “seguridad”, el proceso de desmantelamiento hormiga y la privatización de facto del complejo petroeléctrico paraestatal: Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y Compañía de Luz y Fuerza del Centro –que sigue los parámetros delineados por el Banco Mundial, impulsados por el dúo Bush-Cheney en beneficio de las compañías multinacionales del ramo con casa matriz en Estados Unidos–, son los dos puntos claves de la agenda mexicana de Washington, que se inscriben en la construcción de Norteamérica como nuevo espacio geopolítico y económico para la competencia interimperialista con la Comunidad Europea y el bloque Asia-Pacífico.

Seguridad y energía son los dos puntos nodales de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), iniciativa bloquista de viejo cuño colonial firmada en Texas en 2005 y dirigida a afianzar y consolidar la integración silenciosa y subordinada de Canadá y México a la nación imperial. El antecedente más cercano de la ASPAN –o TLC militarizado– está contenido en el documento Estrategia de seguridad nacional, presentado por Bush en la Casa Blanca el 20 de septiembre de 2002.

Allí, junto a viejos planteos que remiten a conceptos militaristas como guerra relámpago (Blitzkrieg) y otras nociones geopolíticas con reminiscencias hitlerianas tales como “espacio vital” y la política de gran área en el hemisferio occidental, Bush señaló: “Debe mejorar la seguridad energética (de Estados Unidos). Fortaleceremos nuestra propia seguridad energética y la prosperidad compartida de la economía mundial colaborando con nuestros aliados, socios comerciales y productores de energía”. Desde entonces, la “liberalización” de las tres paraestatales de la energía (Pemex, CFE y CLFC), antiguo objetivo de Washington, entró en una nueva fase de presiones y es el mandato, en clave de dependencia, que le endosó Vicente Fox a Calderón. Leer más

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