Que el fraude electoral jamás se olvide
jueves, 15 noviembre 2007
Gerardo Fernández Casanova
De la cohesión social a la colisión del monarca
La recién celebrada XVII Cumbre Iberoamericana se convirtió, sin que ese fuese su destino original, en una clara expresión de la realidad imperante en el espacio de habla hispana y portuguesa.
Convocada para buscar compromisos tendientes a la procuración de la cohesión social, como si de un mundo igualitario se tratara, sólo evidenció la persistencia de la desigualdad y, en consecuencia, de la lucha de clases. Pocas cosas pueden ser más insustanciales que la pretensión de buscar, desde el lado de los poderosos, la armonía entre explotadores y explotados; los primeros se aferran en mantener su privilegio y los segundos, con igual o mayor terquedad, luchan por superar su condición. De la misma manera sucede entre las naciones, entre las que pretenden dominar y las supuestamente dominadas. El intento de cohesión se sigue quedando en colisión.
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