Astillas
En Cinépolis están haciendo tretas para que no tengan la adecuada exhibición los avances de la película dirigida por Luis Mandoki, Fraude, México 2006. Ciudadanos que han visitado salas cinematográficas de todo el país reportan que en muchos lugares no se han expuesto los avances del mencionado documental o que los están incluyendo sólo en la programación de las pocas películas mexicanas en cartelera (algunas particularmente malas) y en unas cuantas extranjeras, pero no en el grueso de éstas que son la mayoría del menú disponible (el criterio “nacionalista” es falso: por ejemplo, los avances de Voces inocentes, otra cinta dirigida por Mandoki, fueron mostrados en el paquete de “cortos” previo a cintas mexicanas y de otros países). Los “inspectores” cívicos han encontrado un amplio mosaico de explicaciones de los gerentes de salas de Cinépolis donde no se exhiben o se exhiben mal los adelantos de Fraude, México 2006: que no les han llegado las copias, que la política de la empresa es poner trailers mexicanos sólo con cintas mexicanas, que no hay por qué informar a nadie de las decisiones “internas” de Cinépolis, que no desean suscitar inconformidades políticas en ciudades conservadoras, e incluso, de plano, que “hay instrucciones de exhibir nada, o lo menos posible, de la película del fraude”. No puede hablarse en estricto sentido de censura, sino de una estrategia tramposa de desgaste y ocultamiento (los carteles también están colocados en desventaja o de plano no hay) que trata de generar la menor asistencia posible a la temporada de exhibición de la película que comenzará a exhibirse el próximo 15 de noviembre. Si triunfaran esos planes, Fraude, México 2006 sería retirada pronto de la pantalla. Por ello el documental se ha convertido en un material de activismo ciudadano. Defender hoy la exhibición plena y justa de los avances de la película es una forma de defender el derecho a la información sobre lo que sucedió electoralmente el año pasado. Recuérdese que Cinépolis (Censurópolis) no quería difundir la cinta porque su principal accionista, Alejandro Ramírez, dice ser muy amigo de Felipe Calderón y no desea molestarlo con películas que no le favorecen. También hay que tener presente que Televisa hizo cuanto pudo, presionando a Warner Bros de México para que el documental no tuviera exhibición masiva… Leer el ASTILLERO
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